Todos conocemos la historia de Tiana , una joven luchadora y soñadora de Nueva Orleans. Ella con mucho sacrificio y ambición por cumplir un sueño compartido con su padre, llegar a tener el mejor restaurante de la ciudad, aunque durante el proceso tuvo uno que otro inconveniente, al final ella logra cumplir esa meta.
Lo que nos deja como enseñanza que con trabajo duro, aunque cueste y nos lleve un poco más de tiempo, podemos alcanzar lo que nos propongamos.
Y cómo Tiana, que tiene mucho talento en la cocina, hoy C506 te traemos la receta de los buñuelos o beignets sureños más deliciosos de Lousiana inspirados en la película “La Princesa y el sapo”
Y al igual que al señor LaBouff, serán tus favoritos.
Ingredientes
1 taza de leche
2 cucharadas de mantequilla
1 cucharada de azúcar morena
1 cucharada de azúcar granulada
3 tazas de harina
½ cucharadita de nuez moscada
Media cucharadita de canela
2 huevos
1 cucharadita de sal
7 gramos de levadura
Azúcar en polvo
Preparación
En un tazón pequeño, mezclar la harina, la nuez moscada, la canela y la sal. Calentar la leche al vapor, pero no hirviendo.
Colocar la mantequilla y el azúcar en un tazón grande para mezclar.
Verter la leche sobre la parte superior de la mantequilla y el azúcar, revolver la leche para que la mantequilla se derrita y el azúcar se disuelva.
Dejar que la mezcla se enfríe a tibia.
Añadir la levadura y remover, agregar el huevo y los ingredientes secos a la taza y batir bien.
Colocar la masa en un mostrador enharinada y amasar unos 2-3 minutos, o hasta que esté suave y flexible.
Colocar su masa en un tazón engrasado grande.
Cubrir y dejar crecer durante aproximadamente 1 hora o hasta que doble su tamaño.
Colocar la masa sobre un mostrador enharinada y enharinar un rodillo.
Extender la masa alrededor de ¼ de pulgada de espesor.
Cortar la masa en cuadrados. Calentar una sartén con aceite de canola a 385°.
Freír durante 1-2 minutos cada lado y luego voltear la masa utilizando la espátula.
Los buñuelos ahora deben estar dorados por ambos lados.
Retirar los buñuelos y colocarlos en una toalla de papel para enfriar un poco.
Una vez enfriado lo suficiente como para evitar que se queme la boca, volcar el azúcar en polvo por encima de los buñuelos y listo, es hora de disfrutar de esta deliciosa receta.
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