(Entrevista originalmente publicada en El Diario de México)
Si fuiste adolescente o niño en la década de los 90, sin duda fuiste parte de este movimiento a nivel mundial.
En México surgía un ilustrador que se adelantaba a su época construyendo un concepto en el cual mezclaba elementos de la cultura popular para crear imágenes poderosamente creativas y únicas.
Sus obras salieron del pequeño círculo de las ferias y convenciones de historietas para volverse parte del paisaje urbano, todos conocían su arte, pero pocos conocían al artista. Antes de el internet, de las redes sociales, de las páginas de financiamiento y de los portafolios online, Martín López hacía realidad los sueños de los fans.
Aquí en una historia imaginaria nos dimos a la tarea de dar a conocer, nuevamente, al artista que cayó en el olvido y que hoy desea resurgir
UHI: En una frase ¿Quién es Martin López?
ML: Un ferviente espectador de la vida, enamorado de la belleza
UHI: ¿Cuándo comenzaste tu carrera como dibujante e ilustrador?
ML: Aprendemos a comunicarnos con dibujos aun antes de aprender a escribir. Somos capaces de expresar tan solo con círculos, puntos y rayas prácticamente cualquier emoción. Mis hermanos mayores me enseñaron a leer y me ayudaban con todas mis labores escolares, pintábamos mapas, conjugábamos verbos y dibujábamos rostros de personajes históricos pero realmente la ilustración no presentaba un mayor atractivo para mí, entonces llegó el día en que sus propias tareas les impidieron seguir auxiliándome y ese día coincidió precisamente con el de la conmemoración de la batalla del cinco de mayo y con su obligada tarea de ilustración en cartulina blanca, a todo color, de la épica batalla en Puebla. Era la primera vez que estuve obligado a trabajar sin guía ni apoyo de ningún tipo, los datos que tenía para realizar el trabajo me parecieron suficientes: mexicanos contra franceses, guerra, muertos y heridos, y gana México, listo!. Influenciado por las dramáticas noticias de la guerra de Vietnam mi muy personal versión de la tan simbólica y nacional batalla estuvo poblada por un general Zaragoza liderando a su decidido ejército no montando a un blanco corcel sino apostado sobre un poderoso tanque blindado disparándole a unos feroces franceses que pilotaban helicópteros Huey. Mi visión del conflicto incluía onomatopeyas de miedo y dolor, diálogos bélicos y hasta reflexiones personales harto filosóficas: “ uy, que alto!” clamaba admirado desde un alto risco un malherido y agónico combatiente mexicano. Mi tarea fue un éxito merecedor no solo de un rotundo e indiscutible diez sino, además, de la gloria inédita de ser exhibido en el periódico mural del patio de la escuela. Las sonrisas que provocaba en el muy educado y culto público infantil fueron también acompañadas por sus creativas opiniones plásticas y mis soldados mexicanos y franceses terminaron con cuernos, barbas y bigotes, lentes negros, chimuelos y hasta algunos, muy desafortunados, oprimidos por un enorme, esquemático e imposible órgano sexual masculino. Ese dibujo marcó el principio de algo desconocido en mí, supe entonces que lo que se movía y vivía dentro de mi cabeza podía ser capturado con lápices y papel.
UHI: Todos conocemos tus parodias ¿Cuál es la historia detrás de ellas?
ML: Desde siempre he estado cobijado por la magia de la cultura cómic, una de las revistas que marcó mi forma de contemplar el mundo fue “MAD”, una publicación americana dedicada a la parodia de películas, series televisivas y los acontecimientos más populares en el mundo. Todos los artistas que la conformaban, sus talentos y sus tendencias, se convirtieron no solo en mi escuela plástica si no en una nueva y poderosísima fuerza con la que el arte llenaba mi conciencia. Desde muy joven mis trabajos tenían el objetivo de ser publicados ahí, durante años me dediqué a enviarles muestras y más muestras de mi obra a los Estados Unidos y durante años fui rechazado, mis cartas de no aceptación las recibía yo con una mezcla de tristeza y orgullo, el editor William M. Gaines y todo su departamento legal estaban intrigados por mi perseverancia hasta el punto en que sus abogados me inquirían acerca de mi postura, les expliqué mis anhelos y mi admiración por su publicación y por su equipo de trabajo y entonces lo entendieron.
Un hermoso día recibí una carta personal, escrita a mano, del que yo considero uno de los más grandes caricaturistas del siglo XX, Mort Drucker, y él me contó que había conocido mi historia y mi trabajo y que le gustaron y, entre otras cosas, me animaba a no claudicar y a seguir luchando a pesar de las constantes negativas. Después de eso mi esperanza revivía y mi esfuerzo se mantuvo algunos años más. El tiempo y la vida se terminaron para algunos de esos maravillosos personajes, murieron, entre muchos otros, el mágico ilustrador Jack Rickard y el glorioso editor mr. Gines, y la revista “Mad” se transforma en algo muy distinto y no necesariamente mejor. Mi sueño también se extinguió, pero la forma y el contenido de mi trabajo ya estaban impregnados por la esencia de todos esos artistas. Mucho tiempo después algún trabajo mío fue publicado en “Mad” lo irónico fue que ya no obtuve ninguna satisfacción personal ni profesional en ello.
UHI: ¿Cómo comenzaste a realizar los posters de La Mole?
ML: Hace una vida conocí al arquitecto Ignacio Septién, Nachito para sus amigos, y a él le gusto el estilo de mi trabajo, en ese entonces el tenía el anhelo de organizar una gran convención de comics aquí en la Ciudad de México y me invitó a participar en su proyecto. Mi propuesta fue utilizar al maravilloso Homero Simpson y fusionarlo con el poderoso “guapo Ben” de los cuatro fantásticos, el personaje resultante fue bautizado anónimamente como “el Molero” y por muchos años se encarnó como el representante del más grande festival de la cultura Comic en México. La historia de La Mole es una odisea de perseverancia y de éxito. A mí me enorgullece haber recorrido ese camino, por casi veinte años, haciendo equipo con “los Simpson”, con Nachito Septién y con un pequeño pero grandioso grupo de soñadores que han luchado por convertir a las populares historietas en una maravillosa cultura del arte.
UHI: Hubo un momento cuando tus ilustraciones se veían por todos lados, ¿Qué sucedió para que tu popularidad disminuyera?
ML: La vida es un trayecto de ciclos, a veces enormes y maravillosos pero, casi siempre, justos. Durante muchos años mi trabajo apareció en las mejores revistas a nivel nacional e internacional, “Mad”, “Wizard”,”Playboy”, ”Cine Premier”, “Cineteca Nacional”, ”TV Azteca”, tuve el enorme privilegio de recibir reconocimientos y la aceptación de un público enorme, en un solo año se me otorgó el honor de ilustrar para las tres convenciones icónicas del comic en México, la Conque, la Mecyf y la Mole. pero llego el día en que mi trabajo dejó de ser propositivo, dejo de sorprender, perdió el brillo de lo nuevo debido a el desgaste de la repetición y, poco a poco, se adormeció en un letargo que yo creí efímero, pero que se fue hundiendo lentamente en el olvido. El auge y el poder de difusión de las nuevas tecnologías y la infinidad y riqueza de las propuestas de los nuevos talentos juveniles terminaron por dejar atrás la vigencia de mi trabajo de ilustración, sin embargo, seguí trabajando de manera mucho menos masiva, mucho menos espectacular, tratando de entender el ritmo de las nuevas y veloces corrientes artísticas y de no seguir a la deriva.
UHI: Actualmente la mayoría de los dibujantes hacen mash ups ¿Te consideras un pionero?
ML: No, no lo creo. Todos somos hijos de alguien y yo solo soy una variable más de un camino que ha sido antes trazado por cientos de poetas de la imagen. Entiendo y respeto mucho los Derechos de autor, yo también soy autor, pero siempre he considerado un homenaje plasmar nuevas alternativas a un personaje conocido. Marvel y D.C. , Coca Cola y Pepsi, Homero Simpson y Pedro Infante, amalgamas inimaginables que ya han sucedido y que, estoy seguro, seguirán sucediendo.
UHI: ¿Qué es lo que hace distinto tu trabajo?
ML: Tal vez la conjunción de técnicas y motivos: aerografía, caricaturas, lápices de cera, películas de moda, acuarelas, tragedias, alegrías y hasta terremotos, todos juntos y bien revueltos buscando hacer surgir una nueva apuesta. mucha gente siente que mi trabajo es oscuro o hasta triste, yo creo que lo que trato es de dimensionar a un personaje de una manera diametralmente opuesta a lo que es su esencia, es decir, convierto a el inútil de Homero Simpson en un respetado y poderoso super-héroe, Frida Kahlo es una sensual vampiresa o el tierno Winnie Pooh se convierte en un feroz oso polar devorador de focas. El maravilloso dibujante italiano Eleuterio Serpieri cree que es prácticamente imposible crear algo absolutamente nuevo, el mérito que nos queda es el de hacer una nueva y buena combinación con todo lo ya existente.
UHI: Háblanos de Shiro y los Yntegrales, ¿De dónde nace el concepto?
ML: Shiro es una tira cómica en la que estoy trabajando. Shiro es un perro con una filosofía muy poco perruna, que se preocupa por el amor, por la muerte y por el dolor, pero es permanentemente sometido por sus múltiples urgencias biológicas como el hambre, el sexo y las pulgas¡¡ Shiro cree que Benito, el niño que es su dueño, es su mascota y constantemente trata de educarlo.
Shiro vive en esta época digital pero todas sus abstracciones y alucinaciones se dan en tiempos de La Revolución Mexicana y lucha por derrocar al dictador “Porfis Gwenoz Diaz” y no perderse un solo capítulo de su telenovela favorita “El pecado de la Lupe” . Creo que hay un espacio vacante en la línea de la ilustración en cuadritos, México tiene a caricaturistas políticos impresionantes pero creo que las propuestas en tira cómica, aunque maravillosas, son muy pocas y es por ello que mi trabajo actual busca un lugar allí. Shiro y los Yntegrales son un grupo de niños inteligentes y soñadores que no siempre ganan todas sus batallas pero que disfrutan arrebatándole a la vida pedacitos de alegría. Fryda, Mafufa Fufofita, el Guasop, las urracas Diafragma y Sintagma, Lucy Lucero, Benito y Shiro están luchando no solo por derrocar a un nefasto dictador sino por obtener vida en la memoria de un pueblo de nuevos lectores.
Shiro vive en esta época digital pero todas sus abstracciones y alucinaciones se dan en tiempos de La Revolución Mexicana y lucha por derrocar al dictador “Porfis Gwenos Diaz” y no perderse un solo capítulo de su telenovela favorita “El pecado de la Lupe” . Creo que hay un espacio vacante en la línea de la ilustración en cuadritos, México tiene a caricaturistas políticos impresionantes pero creo que las propuestas en tira cómica, aunque maravillosas, son muy pocas y es por ello que mi trabajo actual busca un lugar allí. Shiro y los Yntegrales son un grupo de niños inteligentes y soñadores que no siempre ganan todas sus batallas pero que disfrutan arrebatándole a la vida pedacitos de alegría. Fryda, Mafufa Fufofita, el Guasop, las urracas Diafragma y Sintagma, Lucy Lucero, Benito y Shiro están luchando no solo por derrocar a un nefasto dictador sino por obtener vida en la memoria de un pueblo de nuevos lectores.
UHI: ¿Qué otros proyectos estas desarrollando?
ML: Escribí una novela: “La ofensiva de Anenecuilco” que espero sea publicada este año. Es una historia de violencia, amor y locura que trata acerca del valor de los libros y el costo terrible del saber. Es una epopeya oscura y trágica poblada por seres de fantasía, cactus, murciélagos, cucarachas, ángeles, una niña aparentemente poseída por un demonio y hasta un súper ordenador luchando y muriendo por el derecho a aprender. colmada de homenajes a escritores y personajes que marcaron mi alma la novela narra la última batalla que libran los libros y los lectores por su derecho a ser en un mundo dominado por el miedo y la ignorancia y que los acusa de ser portadores del conocimiento, origen y principio de todo sufrimiento. Me llevó cuatro años escribirla y aún permanece en el limbo de los sueños por cumplir. Soy un lector que, literalmente, necesita los libros para vivir y para alimentar mis ilusiones, enriquecer mis reflexiones y embellecer mi estancia en la vida, y me gustaría mucho que mi libro produjera alguna emoción semejante en alguien más.
UHI: ¿Qué consejo le darías a los jóvenes que quieren ser artistas?
ML: Un artista es un traductor de belleza, es un inventor de conceptos: una danza, un conjunto de notas, una página escrita, un trazo a lápiz, un pedazo de piedra, imágenes en movimiento, son transformados en emociones, en ensoñaciones, en regocijo, en plenitud o alegría. Un artista es y será siempre un inventor de sentimientos, y podrá ser anónimo o mundialmente popular, pero si te refieres a cómo hacer que su trabajo obtenga el éxito de la difusión, le estas preguntando a la persona equivocada. Alguna parte de mi trabajo tuvo la fortuna de encontrarse en el camino con las personas y con el tiempo justos, pero otras veces no. El éxito no tiene planos ni instructivo, pero creo que la educación, la disciplina, el valor y la perseverancia son las grandes herramientas necesarias para buscar y desenterrar tesoros. Un artista está lleno de tesoros en su mente y en su corazón, tesoros que, muchas veces, tendrá que cambiarle al mundo por algunas pocas monedas.
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