“If the doors of perception were cleansed every thing would appear to man as it is, Infinite. For man has closed himself up, till he sees all things thro’ narrow chinks of his cavern.”

“Si las puertas de la percepción se depurasen, todo aparecería al hombre como realmente es: infinito. Pues el hombre se ha encerrado en sí mismo hasta ver todas las cosas a través de las estrechas rendijas de su caverna.»

Estos versos de William Blake han inspirado a una gran parte de la cultura psicodélica que surgió en los años sesenta.  El poema se encuentra en uno de los libros  más famosos del autor, llamado “El Casamiento del Cielo Y El Infierno”. En dicho libro – y en la mayor parte de su obra – William Blake traspasa los límites de las ideas de su momento, enfocándose en las capacidades que tiene el ser humano y los límites que impone la ideología hegemónica. Para Blake, la religión es nociva e impide el desarrollo del potencial humano, la moralidad maniquea que se pregonaba en su tiempo era un grillete que mantenía cautivo al ser humano. La única respuesta ante todos los estímulos a los que estábamos expuestos era la asimilación de toda la información que se nos disparaba a quemarropa, dicha asimilación era una de las bases para la creación de universos propios y personales. En donde la “realidad” era un velo que cubría los secretos más profundos de la existencia, dicho velo proyectaba y difractaba aquello que existía en un plano donde las palabras y las cosas podían significar muchas cosas al mismo tiempo. Al igual que en Platón, en la obra de Blake el humano está encadenado, y se va liberando a medida que derrite sus definiciones y certezas.

El Gran Dragón Rojo por William Blake

Dante corriendo de tres bestias por William Blake

Los versos del principio de este texto fueron retomados por el escritor inglés Aldous Huxley para su ensayo “Las Puertas de la Percepción”, texto donde describe y ahonda en su experiencia con el uso de la mescalina (sustancia activa en el peyote). Huxley nos narra el descubrimiento de un mundo nuevo, en el que la sobriedad se disipa para entrar en un espacio muy parecido al momento onírico, donde nuestra percepción no responde a los lineamientos de la lógica y el tiempo pasa diferente. Huxley propone que nuestro cerebro filtra la realidad para mantener un orden con el que se genera el pensamiento lógico. Dicho filtro cae al momento de la ingesta de los psicotrópicos, y así, nos topamos de frente con la realidad en donde nada está definido, pero donde todo tiene más relevancia que en el momento de la vigilia. Según Huxley, durante gran parte de nuestras vidas estamos buscando un retorno hacia ese mundo onírico. Las joyas, la música, diferentes colores; cada uno de ellos pueden llevarnos a recordar aquel mundo de los sueños, donde el espacio y las cosas se transforman.

En la obra más reconocida de Huxley (Un Mundo Feliz) se retoma la temática de los psicotrópicos, pero esta vez desde un puto de vista antipodal. En el Mundo Feliz, la población es constantemente tranquilizada y controlada por una droga llamada “soma”, el consumo del soma es indicado por el estado nación y su uso es obligatorio. Gracias al consumo regulado de drogas, y también, a más mecanismos que buscan cegar a la población mediante el uso del placer, el estado nación puede controlar a la gente y tener una sociedad idílica y utópica. Huxley propone que esta regulación del placer, resulta en una zona de comfort y también en un simulacro de lo que es existir realmente. Así como el uso de la Mescalina te puede proponer la salida total de los límites de la realidad, el uso del soma puede tener un uso alienatorio del el individuo hacia su entorno; podríamos relacionar al soma con las medicaciones desmedidas que utilizan muchos psiquiatras.

Un Mundo Feliz de Aldous Huxley

Las Puertas De la Percepción de Aldous Huxley

Un autor que también tiene opiniones encontradas en el uso de las drogas es Philip K. Dick. Este autor era un asiduo consumidor de las drogas provenientes de un laboratorio, de hecho, sufría de una adicción a las metanfetaminas. Su adicción lo hizo tener una perspectiva totalmente distinta acerca de la realidad, en donde perdura una visión paranoica de la sociedad moderna. En la obra de Dick la espiritualidad te choca de frente, con toda la información que conlleva vivir en esta época. Dios tiene la figura de Shiva, va caminando en las sandalias de Jesús y también viste una túnica con el símbolo de dólares. En su obra “A Scanner Darkly” se hace presente el uso de un psicotrópico llamado Sustancia D, una droga que proviene de una planta que claramente hace referencia a la amapola. Esta sustancia tiene a los personajes de Dick totalmente paranoicos, alerta, con las figuras cambiantes y personalidades efímeras que se van evaporando poco a poco. Aunque el uso de los psicoactivos en la obra de Dick es distinto según la situación, nos muestra el uso que las corporaciones le han dado a las drogas, en donde uno se enfrenta a la modernidad desnudo, con sólo unas cuantas pastillas para hacer la vida más interesante y llevadera. Al final, nos convertimos en los esclavos más dóciles gracias a nuestra necesidad de estar visitando constantemente los paraísos artificiales.

La experiencia religiosa de Philip K. Dick por Robert Crumb

Para Alan Moore las drogas son algo recurrente. En su trabajo constantemente se hace presente el uso de los psicoactivos como función casi pedagógica. En obras como Swamp Thing, V for Vendetta, Lost Girls y Promethea; vemos como se usan psicotrópicos para crear una disrupción en la realidad del individuo. En este caso hay una conexión directa y concreta con el trabajo de William Blake, la inspiración del poeta del siglo XVIII en la obra de Alan Moore es constantemente señalada por él mismo. Se plantea que la realidad es una prisión, una celda construida con símbolos, ideas y pensamientos que alteran nuestra perspectiva, que hacen más convenientes nuestros actos. En V for Vendetta hay un detective que por fin logra dilucidar la verdad en un estado lisérgico. Es el consumo de un tubérculo el que hace que la cosa del pantano y Abigail Cable puedan tener una relación sexual fuera de la corporalidad. En Lost Girls es hasta que se consume el hachís que se caen las represiones que nos impiden disfrutar plenamente de nuestra sexualidad. En la obra de Alan Moore las drogas tienen la capacidad de mostrarnos el verdadero placer, nuestra verdadera forma y pasión.

Aunque el uso de las sustancias psicoactivas tuvo una repercusión cultural en el siglo anterior, debemos tomar en cuenta que sus fines rituales tienen mucha más antigüedad. Las prácticas chamánicas fueron algo que la cultura occidental retomó para llevarlo al propio juego contemporáneo, tal es el caso de los autores británicos de cómics Alan Moore y Grant Morrison. Morrison es un heredero de la práctica mágica del siglo XX, donde la globalización logró adaptar técnicas y prácticas de distintas culturas; gracias a esto, el enfoque en la práctica mágica se concentrá en generar el instante catártico conocido como estado de gnosis. El estado de Gnosis es el momento en el que nuestra capacidad de percibir es la máxima, donde nuestros sentidos descubren nuevas funciones y nuestro pensamiento viaja a través del vasto universo. Morrison, al igual que Moore, se concentra en insertar el ritual chamánico en la práctica mágica de occidente para imprimir su conocimiento en las narrativas de los cómics. Lo que hacen estos autores es, básicamente, algo que ya muchos de sus antecesores habían emprendido. Los mismos Aleister Crowley y Austin Osman Spare tenían muy consciente que la práctica de la magia se remontaba a tiempos muy antiguos, y que, probablemente, tenía más similitudes con rituales provenientes de las sociedades no occidentales que con el ideario místico hegemónico que provenía de las sociedades europeas.

Página de The Invisibles, escrito por Grant Morrison

Página de Swamp Thing, escrito por Alan Moore

El modo en el que la ciencia ficción y la fantasía han abordado a las drogas tiene un largo camino, en el que los terrenos expuestos por el desarrollo de la humanidad han sido su más grande catalizador. Los medios masivos en los que se manufacturaban estas historias de pronto se vieron cargados de mensajes subversivos, subtextos políticos e ideológicos, preguntas que arañan las paredes en busca de epifanías. El hecho de que exista algo que pueda romper la barrera de los sentidos es algo que atraerá a todos los seres humanos. El uso que se le ha dado a estas sustancias tiene las responsabilidades de la ideología que los erige, pero también tiene las consecuencias de aquello que las produce. En la obra “Dune” de Frank Herbert hay una sociedad que se libera y un imperio que se erige a partir del uso de “La especia”. En este libro las comunidades religiosas dominantes hacen uso de los recursos que les entrega la droga endémica de Dune para poder colonizar a los demás planetas, ya sea por fuerza o por ideología. Dune es una profunda analogía acerca de la asimilación de las narrativas que son heterogéneas al ideal occidental, el héroe se ve sumido en las arenas movedizas del arquetipo que quiere representar. La adicción que existe hacia la especia está vinculada al poder y a la corrupción; gracias a esta sustancia se obtiene un dominio político, los usos místicos se tiran por la borda para darle entrada a las intenciones comunes de cualquier sociedad moderna.

Portada de uno de los libros de Dune

¿Qué es lo que percibimos? ¿Dónde está la capacidad máxima del hombre? ¿Qué es la realidad?

La realidad es algo que nunca está completo, es algo que siempre está en expansión. En la ciencia ficción y la fantasía hay un desplante de imaginación, donde las realidades se crean y hacen mitosis con cada cosa que tocan. Los usos que los autores  le dan a los psicotrópicos es algo que ha ayudado a encontrar preguntas y a destruir convicciones. La única certeza que nos pueden mostrar estas prácticas es que: las ficciones nos muestran la manera más consciente de soñar.