Reseña de Dolor y Gloria: una tomografía a la Almodóvar

Pedro Almodóvar regresa a la gran pantalla con una cinta pensada para los fans y los críticos de cine, una cinta para verlo a él, desde el otro lado del lente.

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Pero ¿qué es esta cinta?¿es un drama lacrimógeno al que nos había acostumbrado con películas como “La Mala Educación”, “Volver”, “Todo sobre mi madre” o “Hable con Ella”? No, no es un drama existencial que nos lleva a lo más obscuro del ser.

¿Es una comedia elocuente y fluida como su trabajo en los 90´s con “Mujeres al borde de un ataque de nervios”, “Kika”, “Qué he hecho yo para merecer esto”? No, no es un comedia dramática, ni un film de suspenso como “La Piel que Habito”.

Entonces ¿cómo definir un film que nos sabe tanto a Almodóvar pero al mismo tiempo nos muestra una narrativa sencilla, íntima y cortada a la medida? Pues justo así, como un film con el que Almodóvar pretender reconciliarse con sus esqueletos en el armario, al mismo tiempo que le hace un homenaje a las mujeres de sus películas.

Si conoces el cine de Almodóvar, sabrás que siempre sus mujeres tienen un corte muy definido, un uso discursivo que las hace cómplices a todas de una feminidad escondida, una de las razones por las que amo su trabajo, es porque siempre ha logrado retratar el lenguaje secreto de las mujeres, esa camaradería secreta que nos pertenece solo a nosotras, y por fin descubriremos la respuesta a esa latente interrogante ¿cómo es que logra retratarnos tan bien desde el secreto?

En este filme vemos a un Almodóvar en la actualidad, cansado, lleno de dolencias, fármaco dependiente y drogadicto funcional, se muestra, sin caer en lo grotesco o en el morbo, desde las dolencias y el egocentrismo, desde el recelo de quien nos está contando su vida, pero omitiendo las escenas que le dan vergüenza.

Y es justo por este cuidado a su historia, que la película se siente autocensurada, vemos una historia que lejos de introducirnos en un drama con un desenlace para volarte el cerebro, nos lleva por la cotidianeidad detrás de las explosiones creativas.

Y puede ser que por eso la película no se siente circular, no es una historia típica de Almodóvar, es simplemente él reconciliandose con su pasado y la película que más odia, pero no dice cuál fue.

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Toda la peli es un guiño a los fans y críticos de cine, está tapizada de easter eggs que hacen alusión a sus obras maestras, desde la losetas de la cocina de “Volver”, hasta los balcones madrileños que en cada película engalanan sus cuadros.

Vemos también su homenaje a Lynch, por que sí, la historia se desarrolla entre los demonios del presente y los recuerdos de ensueño de un pequeño niño que descubre su primer amor.

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Lo bueno:

Las magníficas escenas de Almodovar, sus cálidas e iluminadas paletas de colores, vamos al final de cuentas sigue siendo su ojo detrás del lente describiendo al él mismo, por supuesto que todo sería visualmente hermoso.

Lo malo:

La falta de parecido entre Banderas y Almodóvar, si de antemano no sabes que la película es biográfica, no encuentras ningún parecido entre el actor y el personaje.

La historia se percibe censurada, como su nos contaran un secreto a la mitad, no hay un cierre en ninguno de los arcos argumentativos de los personajes, la historia te deja un sabor de boca ambiguo.