Robocop es una de esas películas que, convirtió en algo totalmente diferente, todo lo que se había desarrollado en torno a la industria cinematográfica. La primera vez, es prácticamente imposible no distraerse por la violencia gráfica de la película, aun más si éramos unos chiquitos, como la mayoría de los lectores de este artículo.

Como si fuera poco, la violencia de este estilo, se escala con el inquebrantable Paul Verhoeven, director de la película y un ídolo de acción en la Cultura POP. Pero una vez que pasan los elementos vendedores de violencia dentro de la película (de los cuales hay muchos), nos encontramos una sátira sorprendentemente inteligente y divertida, que se define de una mejor manera conforme pasan las décadas, Robocop cada día se vuelve mejor.

En un futuro no especificado, la fuerza de policía de Detroit (ahora llamado el Viejo Detroit), ha sido vendida a una gran corporación con poco interés en salvar vidas (OCP). El alto mando en toma de decisiones de OCP, Bob Morton (Miguel Ferrer) encabeza una iniciativa para poner un oficial de policía cyborg en las calles y justamente reciben un candidato ideal en el disfraz de policía muerto, Alex Murphy (Peter Weller).

Robocop nace poco después y aunque su memoria se cree que ha sido eliminada, los rastros de la humanidad de Murphy comienzan a filtrarse.

La obra se ha convertido en un hito de la ciencia ficción, llena de conceptos e ideas interesantes, sobre todo proféticas (la primera aparición de un DVD, tal vez?). La película presenta un futuro que es totalmente plausible.

Los guionistas Ed Neumeier y Michael Miner, establecen de manera efectiva este mundo como uno que, en su época podíamos creer y que casi es lo que vivimos hoy en día, esto ciertamente no es el tipo de sociedad ideal utópica, como se ve en otras obras de ciencia ficción (por ejemplo, Star Trek).

La película marcó el debut en Hollywood de Verhoeven y es difícil no quedar impresionado por su estilo audaz. Nunca ha sido conocido por su moderación, algo que es clave en este caso (más aún, en la versión del director sin calificación). Él no dirige tanto como lo que ataca, exponiendo al público a cosas que nunca pensaron ver (manos reventadas, trozos de cerebro de maleantes, Murphy deformado en una cama podrida).

Pero a diferencia de la primera secuela de Robocop, no hay nada vicioso en esta violencia; Verhoeven difunde momentos potencialmente incómodos con su marca registrada sensibilidad GRAVE, obligando al espectador a reír en lugar de encogerse. Y aún cuando la comedia no es aplicable, como durante la ejecución de Murphy, Verhoeven hizo un energético uso de la imaginación brutal, permitiendo que el público sienta realmente el sufrimiento de los personajes (utilizando el mismo ejemplo, la compasión de Murphy y el odio hacia sus asesinos).

Por supuesto, es imposible hablar de Robocop, sin discutir un rendimiento increíble de Weller. Él jugaba esencialmente a dos personajes, Alex Murphy y el propio Robocop, sin duda el actor hace un trabajo fantástico de mantenerlos separados, dejando bastante de Murphy en Robocop para permitir que parte de su humanidad se filtre de vez en cuando. Esto es un testimonio de la habilidad y el compromiso de que no ponemos en duda la presencia de Robocop por Weller, a pesar de su traje llamativo y esas tontas expresiones de una sola línea.

Luego vienen los diversos villanos, constantemente roban el centro de atención de Robocop y con buena razón, el trío central de imbéciles de Ferrer (Bob Morton), Ronny Cox (Dick Jones) y Clarence Boddicker (Kurtwood Smith) son tan fascinantes y apropiadamente fundidos, que sería fácil imaginar una película entera en torno a cada uno de ellos. Lo notable es que ninguno de estos actores, fueron conocidos por interpretar personajes malvados antes de Robocop. Verhoeven vio algo en estos artistas, que indica su proclividad a retratar figuras tan viles.

Los efectos especiales de trabajo, sobre todo la animación stop-motion de Phil Tippett y el diseño del traje de Robocop de Rob Bottin, fueron impecables, lo que contribuiría al mundo en general y esto fue previsto según Verhoeven. Aunque dos secuelas de la película son totalmente basura, Robocop sigue siendo un clásico de la ciencia-ficción, aunque Robocop 2 es una mediana comedia aceptable.

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