Hay clásicos… Y hay clásicos. Algunos son bodrios plataformeros que fueron copiados hasta la extenuación, otros cuentan con el típico combate de disparar y cubrir, entre callejones oscuros y pasadizos claustrofóbicos. Destacan también aquellos de comandancia de una civilización, visto desde arriba como si de un dios nos tratásemos.

Pero, ¿cuál es el resultado de unir las plataformas, los puzzles, la comicidad y personajes conocidos (y no tan conocidos)? Así fue como hace 15 años, Black Sheep e Infogrames se dedicaron a dar a luz a este bello bebé.

Antes de continuar, que por favor quede claro que no estamos usando al Coyote, sino a Ralph, el Lobo. He aquí un pequeño gráfico con sus diferencias.

Así que, ¿qué vuelve bueno a este clásico de previas generaciones? He aquí los puntos.

Ah, los recuerdos

Sheep Dog N’ Wolf es de esos juegos que todos jugamos, pero que no siempre recordamos su nombre con exactitud. Gran parte de personas que conozco lo disfrutaron en la PSOne como niños (al igual que su servidor) y estallan en buenos comentarios ante él. Y es cierto, pues esta experiencia es, a su manera, única.

Nuestro “héroe” es Ralph, correligionario lejano del genio Wile E. Coyote, larguirucho, flaco, capaz de razonar y que, además, tiene un trabajo de peste. Cada mañana, marca horario y debe dedicarse a robarle ovejas al perro guardián Sam, quién es más vil de lo que aparenta, aunque solo en su jornada laboral. Los viejos dibujos animados hacían hincapié en esto, ya que ellos dos almorzaban juntos e inclusive se saludaban y despedían al iniciar o terminar su yugo. Lindo, ¿no?

#almuerzo #bff #quecansadoeltrabajo

De niño nunca vi demasiado su fábula. Es de obviedad, ya que otros de los Looney Tunes eran más populares y el público los pedía a gritos. Así que, al descargar otra vez el videojuego, la curiosidad se apoderó de mí y decidí buscar en el omnipotente internet algunas de sus aventuras. Con su permiso, comparto uno de mis segmentos favoritos.

Excelente, ¿no?

Una caricatura en 3D

Hace aproximadamente una semana que recordé (gracias a un compañero de trabajo)  la existencia de este juego de video. Estaba muy emocionado, pues a la hora de buscar más información sobre él, me dí cuenta que contaba con una versión para la PC. Esa misma noche, busqué en internet algún sitio no tan lleno de pestilencia para gozarlo, y tras algunas cuantas pantallas de que María vive en tu ciudad y quiere conocerte, pude dar con un link directo que descargó el juego. Para mi gran sorpresa, este aguantaba la resolución nativa de mi monitor (1920×1080), tenía soporte de Gamepad y hasta los saves funcionaban correctamente. No podía pedir más, a jugar se había dicho.

Su apartado visual cuenta con las limitaciones de la época, pero es el delineado de sus personajes (algo un poco similar al de los juegos de Telltale), los que lo vuelven una fábula jugable y fácilmente nos distrae y envuelve en la aventura. Además de que cuenta con 4 idiomas diferentes, de los cuales escogí el inglés. Me disculpo hispanohablantes, pero no estaba dentro de mi gusto escuchar al pato Lucas y pensar que en cualquier momento lanzaría una Onda Vital.

Las voces no son nada malas, Lucas habla con ese seseo interminable y al terminar más de una frase, lanza esos proyectiles salivarios que todos recordamos. Porky tartamudea, Sam Bigotes anda ahí, enfuriándose por cualquier cosa, Elmer está en plan caza de wonejos y Marvin suena autoritario, con ese tono suyo ambiguo tan divertido.

Su línea argumental radica en que, tras un largo día de trabajo, Ralph cae rendido en un sillón y despierta frente a Lucas, quien le da una deliciosa propuesta: Que sea el protagonista de un Show, en el que debe robarle ovejas a Sam. Y ese final, ¡ese final! Sin afán de hacer spoiler, es verdaderamente inesperado y sorprendente.

En 14 divertidos niveles (16, si contamos los extras), el objetivo es robar una oveja y llevarla a un círculo sin hacerla morir, ni nosotros hacerlo en el intento. Suena sencillo, pero la portada del libro puede tender a ser engañosa.

De todo hay en la viña de los Puzzles

Hay tres cosas que se presentan en todas las fases del juego: los puzzles, los objetos y los puzzles. En cada nivel nos encontramos con un objeto u objetos, un elemento indispensable para hacernos con el botín y llevarlo a la meta. La infame compañía ACME, creadora de diversos instrumentos, es la encargada de pergeñar toda herramienta que nos encontramos. Pero la civilidad primero, antes de hacernos con ella, debemos de ordenarla. Y a veces la envían a los lugares más remotos y peligrosos. ¿Y esto cómo se le explica a Servicio al Cliente?  Cabrones, cabrones todos. Además, contamos con un botón para el sigilo, uno bastante eficaz cuando nos acercamos a estos pequeños seres con lana blanca…. Ralph no tiene nada que envidiarle a Solid Snake.

Estos puzzles pueden descomponerse en tres formas básicas: Pisar botones, abrir puertas o usar un objeto para hacernos con la oveja, o bien, llegar a la meta. Sin embargo, lo bueno de esto es que existen muchas formas de usar los items. Así que, a poner atención. Que no se te vayan a pasar desapercibidas las combinaciones de estos y sus múltiples usos, porque si no, no llegarás demasiado lejos. ¡Y la carrera en espectáculos de Ralph debe triunfar!

Y es en los items que el juego estalla en creatividad. Tenemos desde arbustos falsos, trajes de oveja, imanes, cañas de pescar, ligas elásticas, ventiladores, relojes capaces de controlar el tiempo, la deliciosa lechuga para atraer ovejas, flautas mágicas, detectores de minas, bombas, trajes de fantasma… Póngale nombre usted. Sheep Dog N’ Wolf utiliza toda la sátira y las muchas violaciones a las leyes de la física, como se hubo señalado antes, es como jugar una caricatura.

Asimismo, la dificultad aumenta paulatinamente. El juego es bueno a la hora de hacernos pensar, que si bien, no existe puzzle demasiado complicado, es necesario tomarse una delicada pausa y planear nuestros movimientos con más astucia, la astucia con la que solo un lobo cazador de ovejas ha de contar.

Finalizando… Sheep Dog N`Wolf es un buen juego. Para ser del entonces en los que los juegos no buscaban ser demasiado serios ni increíbles, esta es una historia que cautiva, divierte y nos pone a pensar. Es bueno reencontrarse con viejos amigos. Es bueno ver un viejo compañero de antaño y es un sentimiento de recompensa muy grato el saber que su oferta sigue en pie, aún después de casi dos décadas de haber nacido. Los invito a que lo vivan de nuevo, a que gocen de este una vez más y se den cuenta de que no siempre lo viejo es malo, ni lo nuevo es bueno.

¡Hasta la próxima! Que tengan una buena cacería de ovejas.

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