Hay que admitir que a la hora que entramos a un videojuego o empezamos alguna saga se siente emocionante y especial, en este artículo me centraré más que todo en el punto de nuestra primera vez en algunos videojuegos y por qué estos nos terminan llamando la atención o terminamos tan inmersos en ellos. Esta emoción se da por muchas razones, ya sea por querer descubrir la historia del videojuego o por querer conocer su mundo y las diferentes formas de interactuar en este, a lo largo iré dando ejemplos de algunos de estos momentos con juegos reconocidos con los que creo que todos podremos sentirnos identificados.
Empecemos por la curiosidad a la hora de entrar en un juego, saber la historia del personaje encarnado y averiguar qué pasa con él, o acaso soy el único que ha iniciado juegos como Silent Hill, Dead Space o Gears of War con el pensamiento y cara de “¿Por qué estoy aquí? ¿Quién soy? ¿Qué es este lugar y qué debo hacer?” Claramente estas preguntas son contestadas en el transcurso de la historia, pero ahí está parte de la magia, esa pequeña curiosidad que nos pica y molesta para responder a esas dudas. Y muchas veces, simplemente dicha historia te parece diferente, emocionante y tan llena de cosas que no esperabas, que te termina gustando y te engancha para que continúes con el videojuego hasta averiguar todo lo que tienen para ofrecerte su trama y personajes.
También están muchos juegos que te pueden llegar a gustar sin necesidad de entender la historia, así que dejándola de lado un poco entramos a su mundo y las cosas que hacer en este, en mi caso y el de muchas personas. Pongo de ejemplo estos tres juegos: Hitman, Halo y Sniper Elite V2, y aunque sé que quienes lean esto pedirán mi cabeza a gritos, estos tres los puse porque no me interesa o en un principio no me interesó su historia, lo digo en serio, a muchos “jugadores” que conozco no nos interesa la historia de Hitman o hemos pasado Sniper Elite sin que su historia tuviera algún efecto en nosotros o como el Halo 1, que no me interesé en su historia las primeras veces que lo jugué. Estos me terminaron gustando no por las preguntas que se responderían con la historia, si no más por el pensamiento de “déjame aquí que yo veré cómo me las apaño”. Empecé a jugar Halo por un amigo que lo tenía y jugábamos cuando yo llegaba a su casa, recuerdo que la primer misión fue “el cartógrafo” y en ningún momento mientras jugaba me importó el motivo por el cual estaba ahí, simplemente quería matar “aliens”, probar las diferentes armas, saber cuáles tipos existían y para qué ocasiones era más oportuno tener un arma de un cierto tipo. Y ni hablar de cuando lancé la primer granada de plasma y la pegue en uno de esos pequeños “aliens” y salió corriendo y gritando, lo único que me importaba y realmente quería, era entrar en esa enorme isla y ver qué cosas nuevas habían y ofrecían en ese mapa. Algo similar me pasó con el Sniper Elite V2, la primera vez que lo pasé dejé de lado totalmente la historia, solo quería pasar el reto y superarme con cada disparo, solo quería ser el francotirador y no el personaje, y es que me daba lo mismo ser Karl Fairburne (personaje principal) o un simple soldado sin nombre, yo solo quería meterme en sus niveles y pasarlos lo mejor que pudiera. Lo mismo fue con Hitman: Blood Money, su historia la pasé por alto totalmente y aún hoy un 21 de agosto del 2016 que estoy escribiendo esto (7 años después de pasar por primera vez Hitman: Blood Money), no sé absolutamente nada de la historia de esta entrega, solo me importaba pasármelo con la mejor puntuación posible o visto desde el juego: lo más “profesionalmente” posible. Pero eso sí, no descarto jugarlo como se debe. A esos momentos son los que me refiero cuando digo que no se necesita total y absolutamente de la historia, son videojuegos que tan solo por su mundo y como participamos de este nos logran enganchar.
Gracias a todos esos momentos es por lo que somos jugadores, por esas emociones y por esas nuevas aventuras que esperan con cada entrega de los estudios, por los momentos especiales como el primer zombie en la mansión de Resident Evil 1 o la pequeña cabaña en el 4, también ese momento cuando spawneamos en Minecraft por primera vez con todo ese mundo virgen por descubrir y sus muchas cosas que ofrece, así como esos grandes momentos que nos brinda el modo online y cooperativo de muchos juegos, pasando por juegos como Rust con sus momentos hostiles entre clanes y todas las traiciones dentro de estos, hasta momentos como los PVP y PVE entre amigos y desconocidos en el WOW. Por esos momentos es por lo que jugamos, esos que nos hacen a ustedes y a mí sentirnos especiales como jugadores.
Me gustaría saber su opinión acerca de este tema, ¿qué les pareció y cuáles han sido sus mejores momentos en los videojuegos? Estaría más que agradecido si lo hicieran, gracias por leer.
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