Al fin llegó la hora fanáticos de Gundam, Macross, Star Trek, naves generacionales, cilindros O’Neill, esferas Bernal o Torus Stanford. Amantes del espacio, astrónomos aficionados y votantes decepcionados.
El Dr. Igor Ashurbeyli, científico ruso, fundador del Centro Internacional para la Investigación Aeroespacial (AIRC, por sus siglas en inglés) y representante del comité de la UNESCO para las Ciencias del Espacio, anunció un proyecto para crear la primera nación espacial que va a buscar reconocimiento por las Naciones Unidas.
La intención es buscar 100 mil personas de todo el mundo que compartan la filosofía del proyecto, seguir los procedimientos legales para inscribir un estado dentro de las Naciones Unidas y poner su “primera piedra” en órbita, un satélite, en algún momento del 2018.
La intención de esto, no es ser una idea absurda planteada por un científico loco ruso. La base filosófica de la idea es poner al mundo a pensar sobre temas profundos que tienen que ver con el espacio, como los derechos económicos, políticos e incluso sociales que tenemos los seres humanos en la exploración, investigación y explotación de nuestro espacio cercano. Se propone empezar a discutir temas importantes como las Leyes Universales que rijan nuestras actividades en el espacio, la astro política, etc. ¿No es nada descabellado cierto? Si pensamos que hay 200 países y solo 20 de ellos tienen algún tipo de programa espacial.
El proyecto por otro lado tiene una base profundamente humanista. Reunir a personas de todo el mundo, independientemente de su nacionalidad, etnia, riqueza y religión, bajo un concepto de ciudadanía planetaria. Se busca proteger el derecho que todos tenemos (en especial los habitantes de los países en desarrollo) de formar parte de los beneficios de la exploración espacial, así como de la protección contra las amenazas que existen provenientes del espacio exterior.
En el campo científico-tecnológico, la iniciativa es resumida en tres palabras; paz, acceso y protección. Se plantea que el espacio debe usarse de forma pacífica, que se deben desmilitarizar las zonas de investigación espacial y, por último, poner en discusión la forma de proteger el planeta de las amenazas provenientes del espacio como; las llamaradas solares, la basura espacial, el impacto de meteoritos, la radiación cósmica y las amenazas biológicas provenientes de los cuerpos celestes que caen a la Tierra.
Para cumplir esos objetivos se propone poner en órbita satélites, crear una red de micro satélites para monitorear el espacio, y diseñar plataformas espaciales de protección. Es decir, están abiertos a ideas que la misma comunidad desee financiar, porque, por su puesto, se piensa como una comunidad crowdfunding que se financiará de forma enteramente privada, con pequeños inversionistas y donaciones.
En el momento en que se escribía está columna se alcanzó el reto de tener las primeras 100 mil personas inscritas en la plataforma.
Les dejó el enlace por si quieren visitar la página del proyecto
Entonces, ¿estamos cerca de esto?
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