“¿Solo uno de nosotros irá al cielo? Entonces debo ser ese. Sobornaré a los dignatarios papales e imperiales, así como a los mercaderes y pecadores. Me comprarán indulgencias y se asegurarán de que mis miserables colegas sean los que vayan al infierno “.
Con esta piadosa introducción comienza Mea Culpa, uno de los juegos más originales en cuanto a mecánicas y profundo que van a jugar.
Cuando escuché hablar de Mea Culpa debo confesar que tuve un cierto rechazo inicial, ya que un juego con temática religiosa no era de lo que más me atraía. Muy lejos de la realidad, el juego utiliza el trasfondo cristiano de forma muy inteligente para generar una forma de juego que en ningún momento nos hace salir de los roles que nos tocan en cada ronda.
Cuando abrimos la caja de un respetable tamaño nos encontramos con bastantes elementos de distinta forma, materiales y tamaños.
Por un lado, tenemos varias piezas que deben montarse antes de jugar, una de ellas son los Postes Grabados, unos poliedros de base hexagonal con muescas en cada una de sus caras rectangulares indicando los números del 1 al 6. Luego tenemos, en igual cantidad – cuatro que es la cantidad máxima de jugadores que soporta el juego – unos pequeños cofres con forma de cajitas de fósforos divididas en 2 compartimientos, que más adelante explicaremos para que sirven. También existen 4 trabajadores, con la forma típica de los ya archiconocidos meeples, unos grupos de 7 pequeñas fichas de cada color de los jugadores representando los pecados, unas cuantas monedas de diversas denominaciones, varios cubitos de distintos colores que representan los bienes del mercado, una serie de pergaminos de cartón que son las denominadas Cartas de Indulgencia, las cuales nos salvarán de terminar en el infierno y 4 figuritas semicónicas coronadas con un pequeño sombrero de madera que representan las pobres almas de los jugadores. Y para finalizar, las 4 tarjetas de los personajes que representaremos en cada ronda, un pequeño mazo de cartas de bonificaciones 4 mamparas para mantener en secreto nuestros bienes y un inmenso tablero donde se desarrollará gran parte de la acción.
El objetivo del juego será hacer que nuestra alma quede lo más cercano a las puertas del cielo, y he aquí la originalidad del mismo, ya que durante el transcurso del juego los jugadores sólo podrán descender al infierno y recién cuando finalice el juego y se haga el recuento de cartas de indulgencia es cuando las pobres almas los cuatro pecadores asciendan a su descanso final. El jugador que más alto quede será el ganador. Esto hace que el juego tenga un delicado balance entre cuantas acciones pecadoras realicemos que nos hagan descender pero que a su vez nos den el premio para que al final podamos ascender.
En lo que respecta a mecánicas Mea Culpa tiene muchas, lo cual al principio podrá parecer confuso pero una vez tomado el ritmo, que no suele pasar de la segunda ronda, las cosas transcurren muy aceitadas casi sin consultas al manual. Pero vamos por paso.
Luego de una pequeña preparación del juego y de la ronda propiamente dicha que consiste en poner mercancías en el mercado, volver a colocar las cartas de personaje y rellenar las habitaciones con cartas de la Casa de los Placeres comienza la etapa de selección de personajes. Esta etapa se realiza mediante una mecánica de apuestas, la cual consiste en seleccionar un número de nuestro poste grabado y reforzarla con monedas. El que más puntos haya logrado es el primero en elegir, luego el segundo mejor postor y así. ¡Pero cuidado! Poner nuestro poste en un puntaje muy alto hará que nuestra alma descienda tantos pasos como la diferencia del poste grabado del jugador que haya elegido el número más bajo. En Mea Culpa todo es así, por cada premio que recibimos hay un castigo equivalente.
Los personajes a elegir son 4, y cada uno viene acompañado de una acción inmediata específica que se ejecuta apenas se eligen, a saber:
- El Papa, quién puede mover las piedras papales en las guaridas de los pecados y decidir quiénes serán castigados por los mismos.
- El Emperador, que es quién maneja los equipos de construcción de Catedrales, las cuales en cuanto se finalice la construcción de dos de ellas harán que el juego finalice inmediatamente.
- El Mercader, que no tiene una acción inmediata.
- El Pecador Menor, quién automáticamente coloca dos pecados en la guarida de los pecados menores, pero puede ingresar y disfrutar de alguna carta de la casa de los placeres de forma gratuita.
Una vez seleccionados los personajes comienza la ronda de juego que consistirá en varias acciones por jugador, una por turno, las cuales consisten en:
- Comprar bienes o cartas de indulgencia en el mercado
- Vender Bienes
- Donar Bienes o Dinero
- Visitar la Casa de los Placeres
Junto con estas acciones cada uno de los personajes está dotado de ciertos beneficios, al ya comentado del Pecador Menor que no paga en casa de los placeres, se agrega el del Mercader que puede obtener bienes del mercado sin pagar, el del Emperador que puede donar de a dos bienes por vez y el Papa que puede visitar “en secreto” la casa de los placeres.
Una vez que se acaben los bienes del mercado, se comparan los postes grabados, se hace descender al alma más pecadora y se inicia una nueva ronda, así hasta que se termina de construir la segunda catedral, momento en que el juego finalizará. Con la finalización de cada construcción de una catedral, se evaluarán las donaciones y lo mayores donantes obtendrán suculentos premios en forma de cartas de indulgencia.
Y eso es todo, amigos, así de simple como se ve, hay decenas de cosas para hacer, gran cantidad de estrategias para ganar, muchísima interacción con los otros jugadores. En Mea Culpa hay mecánicas de apuestas, de colocación de trabajadores, de armado de sets, de compra y venta de bienes, y un gran etcétera. Que el tamaño generoso del manual no los amedrente, el juego, una vez comprendidas sus mecánicas, se juega muy fluido, los turnos se resuelven muy rápido y las aproximadas 8 rondas que dura una partida promedio se completan en más o menos 90 minutos.
Mea Culpa es un juego de origen alemán que por ahora solo está editado de la mano de Zoch Verlag en su propio idioma e inglés, aunque se pueden encontrar excelentes versiones de la traducción de su manual a varios idiomas incluido el español. Recomiendo mucho que si consiguen una copia del mismo no la dejen pasar y espero que algún alma piadosa lo edite en español.
- Jugadores: de 2 a 4
- Duración: 90 Minutos
- Edad recomendada: 14 años o más
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