Es un personaje de larga trayectoria con mucho carisma, uno que brilla con luz propia casi desde el principio. Estoy hablando de Jonah Jameson, el gruñón de oro de Marvel, un genial secundario de Spiderman que con su peculiar personalidad y comportamiento a menudo provoca la sonrisa, cuando no llega a ser risa, en la mayoría de sus intervenciones.

Y es que a Jameson, a pesar de tener unas cuantas características que pueden sacar de quicio a más de uno, se le aprecia. Ya puede ser gruñón, a veces retorcido, agarrado con el dinero, y cabezota como el que más, que seguimos mirándole con buenos ojos. Es un tipo carismático, quizá el más carismático del extenso plantel de secundarios de Spiderman.

Desde su primera aparición en Amazing Spiderman 1, allá por 1963, ya se vislumbraba que ese personaje iba a dar juego en la serie de comics. Vaya si lo dio, y lo sigue dando, sobre todo porque Jameson representa un entorno irrenunciable para el desarrollo del personaje principal, Peter Parker. El Daily Bugle es su primer entorno laboral y el primer lugar en el que socializa fuera del ambiente escolar. El Bugle es su escuela de la vida y Jameson una especie de maestro involuntario, como ejemplo viviente de algunas cosas que no deben hacerse.

Esas cosas se reflejan también, más o menos con los mismos detalles, en las series de animación para televisión de los sesenta a los noventa, además de Spectacular Spiderman, aunque en las dos últimas se suprimió el consumo de tabaco del personaje. Jameson también tuvo presencia en la serie de Spiderman de 1977 con el rostro del actor David White, aunque en esa serie el personaje estuvo un poco descafeinado y deslucido. Aunque tenía arranques de mal humor, en conjunto era un oso de peluche en comparación con su versión de comic.

En las pantallas de cine también pudimos disfrutar de sus improperios. La trilogía Spiderman de Sam Raimi nos trajo a un Jameson pletórico que aparece en todo su esplendor y sin fisuras. Socarrón, voceras, tacaño, obstinado y apabullante, con escenas vibrantes. J.K. Simmons es Jameson en persona, tanto en presencia física como en personalidad, y quizá por eso su papel no tuvo continuidad en siguientes películas como las de Amazing Spiderman, en las que el personaje ni tan siquiera aparecía, lo que fue uno de los errores en los que se cayeron en aquel caso, cercenar los entornos de Peter Paker sólo iba en detrimento del propio personaje, pues de esa forma el desarrollo del protagonista cojeaba, porque Jameson es perfecto como contrapunto de Peter Parker, y no se le puede hacer desaparecer, ni sustituir por ninguna otra figura, por muy Tony Stark que se sea. Hace un tiempo se rumoreó que Hugh Laurie podría haber tomado el relevo, lo cual sería digno de verse, al estar curtido en algún que otro personaje cascarrabias y deslenguado. A falta de eso J.K Simmons sigue siendo el Jameson natural, como ya ha dejado demostrado en el pasado, superando a sus antecesores y poniendo el listón muy alto a los posibles sucesores. Mientras tanto, en el comic, podemos seguir disfrutando de las viejas y nuevas historias en las que aparece, y prepararnos, como el propio Peter Parker, para recibir una buena bronca a gritos entre bocanadas de humo de tabaco.

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