Las portadas variantes son para los comics como un buen postre a una gran comida… le dan ese extra a la colección que se vuelve indispensable para muchos. Las vemos como algo normal, con arte excepcional, con sus trucos que los hacen únicos, ya sean lenticulares, de holograma, metalizadas, con 5ta tinta, blank, Virgin o como lo dicte el capricho y el ingenio de la editorial, están aquí para quedarse. Pero ¿de dónde salieron, cuál es su razón de existir?
Podemos dividir su historia principalmente en 2 partes:
La primera: nacida de la necesidad de distribución del medio y
La segunda: obedece a la demanda y a la imperiosa necesidad de ofrecer algo nuevo para vender más.
El nacimiento de las portadas variantes surge casi por accidente, las primeras variantes no fueron pensadas para los coleccionistas. Fue una compañía de discos la responsable y al ver la gran popularidad de los comics de Marvel decidieron, a mediados de los 60s, reimprimir comics famosos como Los Cuatro Fantásticos número 1 acompañado de un disco de acetato que contenía una narración grabada de dicho ejemplar. Curiosamente estos comics no son tan buscados por los coleccionistas y puedes conseguir uno en buen estado en unos 850 dólares (nada mal para un numero 1 de los 4F). Después de eso, por más de 10 años no hubo ni la necesidad, ni la demanda de portadas variantes.
Brincamos hasta 1976 cuando Marvel hizo una prueba controlada en 6 zonas de Estados Unidos, su intención era saber qué tan viable era subir el precio de sus comics 5 centavos; entonces, la mayoría de las copias contaban con un precio de 30 centavos y otros (muy pocos) tenían el precio de 35 centavos. No había ningún otro cambio en la portada más que el precio y como fue un movimiento que la compañía no publicitó, muy pocos lectores en su tiempo se dieron cuenta.
La prueba continuó por otros cuatro meses, y con excepción de algunos números importantes de aquella época (como el buscadísimo número 1 de Star Wars de Marvel, con el precio de 30 centavos el cual alcanza valores altísimo, un número de estos en muy buenas condiciones alcanza el precio de un Amazing Fantasy #15 en estado malo o regular) La diferencia entre variantes de 25 y 30 centavos no es tan alta. Pero sentó un precedente para la tendencia.
Otro tipo de variante hizo su aparición en el año de 1977, cuando las variantes de puesto de periódicos y de mercado directo fueron creadas por la necesidad de proteger a las compañías de comics y a las distribuidoras de los malos manejos de algunos vendedores finales.
Para aquellos que no lo sepan, la principal diferencia entre los comics de puestos de revistas y de mercado directo es su capacidad de ser regresados. El mercado de los puestos de periódicos consiste, como su nombre lo dice, en los lugares donde se venden revistas además de supermercados, farmacias y cualquier tienda donde vendan revistas además de otros bienes. Estas tiendas pueden regresar sus comics no vendidos a los distribuidores y se les reembolsa una parte de su inversión.
Por su parte el mercado directo (las tiendas especializadas) cuyo modelo de ventas se basa en tener números atrasados, no tienen esta opción ya que reciben sus comics a un precio más bajo, en pocas palabras: no hay reembolso.
El problema vino cuando muchos dueños de tiendas contrataban 2 cuentas (una de puesto de periódico y otra de mercado directo). Compraban mayor volumen de la cuenta de mercado directo (la más barata) y regresaban lo que no se vendía con la cuenta de puesto de periódicos para recibir su reembolso -¿Qué listillos no?
La solución fue diseñar 2 tipos de portadas diferentes, DC Comics usaba una red de distribución llamada Whitman, entonces en sus portadas las revistas pertenecientes al mercado directo tenían el logo de una “W” y los de puestos de revistas el ya conocido logo de DC.
Para Marvel no era tan sencillo ya que la compañía contaba con más de un distribuidor, por lo que usaron un diamante negro dentro de la caja de precio, la idea fue luego adoptada por las demás compañías incluida DC.
Al comienzo de los 80s cuando el código de barras se hizo común en los puestos de revistas y las tiendas en general, la diferencia se notaba en que en los comics de puestos de revistas tenían un rectángulo con el código de barras mientras los del mercado directo tenían dibujos dentro de este mismo rectángulo (el más famoso ejemplo son los comics de Marvel que durante muchos años tuvieron la cara del Hombre Araña dentro de este espacio), eventualmente las tiendas especializadas se unieron al sistema de código de barras y ahora la diferencia es que tienen un pequeño letrero que designa de que mercado es cada revista, pero incluso con esto, no hubo mucha diferencia en el mercado, las variantes aún no eran algo buscado por coleccionistas.
Todo eso cambio con la primera portada variante que fue hecha con la intención de vender más. El primer número de la miniserie “El Hombre de Acero” (la primera aparición de la nueva versión del Superman post crisis) escrita y dibujada por John Byrne, contaba con 2 portadas totalmente diferentes, una acorde al resto de la miniserie (la de puesto de revistas) y otra que era un acercamiento al icónico símbolo kriptoniano (la de mercado directo) con esto la idea había sido incubada.
Los primeros números variantes que llamaron la atención del coleccionista fueron 2 números de DC Comics (Liga de la justicia #3 y Firestorm #61.) Como parte de un plan fallido de cambiarle el nombre a DC y rebautizarlo como Superman Comics, se crearon estas 2 portadas variantes de prueba, su valor (debido a su rareza) alcanzó hasta los 50 dólares, aunque poco después su precio bajó y no ha vuelto a subir. Otro gran ejemplo de esta fase fue el anual número 21 del Sorprendente Hombre Aaraña (La boda del protagonista con Mary Jane Watson) dos portadas diferentes, una para cada mercado. Y como el Hombre de Acero no hay una diferencia significativa de precio entre las dos.
Como se puede ver hasta este punto la respuesta de los coleccionistas a las variantes era tibia, el siguiente comic cambió esto totalmente.
El año es 1989, el verano de Batman. En las calles todos usaban camisetas con el logo del murciélago (justo como hoy en día) la expectación que causó la película dirigida por Tim Burton era inédita y los editores de los bati-títulos lo sabían. Decidieron explotar esta moda lanzando el tercer título de Batman (el primero en ser lanzado en más de 50 años) justo en las fechas del estreno de la película. ¿Cómo explotar este evento? Creando 4 portadas variantes. Obviamente el plan funcionó y las ventas del título explotaron con este número, la era de las variantes inició oficialmente.
¿Pero, por qué funcionó en aquel entonces y porque lo sigue haciendo? La respuesta es nostalgia, los primeros coleccionistas crecieron en la post guerra (50s) fueron la primera generación que tuvieron la denominación de adolescentes, los primeros que crecieron leyendo comics y para ellos coleccionar fue regresar a ese maravilloso pasado.
La industria vio en esta moda una buena manera de explotar esta necesidad, eso y un deseo de vender cada vez más, e impulsó al abuso de las portadas variantes.
Iniciaron los tumultuosos 90s, y con ellos el nacimiento de revistas especializadas en comics como lo fue “Wizard” (septiembre 1991) que mes con mes les decía a sus lectores cuales eran los comics más candentes, ayudando así a encender dos cosas: la moda de las variantes y el mercado de la especulación.
La era de la especulación duró muy poco debido a los excesos de ambos lados: Las editoriales por sacar portadas variantes cada vez menos valiosas y los compradores por creer que al hacerse de algunos números podrían convertirse en millonarios.
Fue en esta década donde vimos los números cero, las portadas de cromo, las portadas con calcomanías, desgarradas, de 5ta tinta, de holograma, las que brillaban en la oscuridad, las que venían embolsadas, con cartitas y un sinfín de locas variaciones más. La burbuja explotó y cayó bajo su propio peso.
Para 1998-99 la moda sobrevivía pero ya había pasado. Todos vieron a los 90s como una década de excesos y quisieron retirarse de esta práctica. Pero no puedes alejar por mucho tiempo a un buen arma mercadológica, y fue en 2004 con el esperado regreso del Hombre X, Colossus en el número 4 de Astonishing X-Men cuando la moda regreso con fuerza como la conocemos hoy (solo nos dejaron descansar 5 añitos). El número contaba con una portada de Coloso, lo que hizo que dicha variante fuera muy buscada y fue así como comenzó la edad actual de las variantes, que al igual que antes incluyen portadas lentículares y metálicas entre otras, pero vienen recargadas con nuevas (¿y mejores?) ideas como las portadas en Blanco, las portadas sketch, portadas Virgin y las portadas de incentivo (Por cada cierta cantidad de comics comprados la editorial incluye una portada diferente.)
Las variantes no son para todos y sin duda el coleccionista seguiría comprando aunque ya no las hicieran.
Si te gustan cómpralas y disfrútalas… hazlo por darte un gusto a ti y a tu colección, no por pensar en el dinero.
Pero como en todos los hobbies, quien decide es quién paga.
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