(C506) Hunters de Prime Video: Reseña *SIN SPOILERS*

*a Adolf no le gusta esto*

Imaginen que toman un montón de nazis avejentados, tradiciones judías, referencias comiqueras, guiños a Star Wars, mucho de la cultura pop estadounidense de los 70s, y lo endulzan con exploitation y un poco del estilo grindhouse que tanto le gusta a Tarantino o Robert Rodríguez…pues eso es, más o menos resumido, Hunters, la nueva serie de 10 episodios de una hora producida por Jordan Peele en Amazon Prime Video sobre cazadores judíos de ex compinches de ese señor tan famoso y despreciable de apellido Hitler.

Este es el rostro de alguien al que le acaban de arruinar la carne asada

Después de una introducción en donde vemos a que un supuesto ex miembro del partido Nazi matar a sangre fría a todos sus invitados a una carnita asada, incluyendo su propia familia, porque una mujer lo recuerda y echa a perder su falsa vida gringa, la historia comienza con Jonah Teitelbaum, interpretado por Logan Lerman (a quien algunos recordarán como Percy Jackson en…Percy Jackson), quien sale con sus amigos de la recién estrenada Star Wars, platicando sobre las motivaciones que tiene el villano Darth Vader (el negro siempre es el villano, según uno de sus amigos), además de las historias de otros personajes de cómics, cosa que le sirve al guionista y creador de la serie (David Weil ) para hacer una analogía sobre lo que llevó a muchos alemanes en el tiempo del Tercer Reich a convertirse en los peores villanos de la humanidad.

Al llegar a su casa, después de haber sido bulleado por el matoncito de la cuadra frente a la vecina que le gusta (*cof*cof* Spiderman *cof*cof*), y que le robaran la mercancía/marihuana que lleva en su mochila, porque al parecer es un pequeño dealer barrial, llega con su abuela, o Safta en hebreo (porque, oh sí, vamos a aprender muchas expresiones y palabras en yiddish) Ruth, quien además de descubrir que es un pequeño Chapo neoyorquino y regañarlo en consecuencia, lo aconseja sobre la importancia de elegir entre el bien y el mal, porque si tienes que ser como alguien en la vida, siempre hay que ser Batman. Acto seguido, el chamaco se retira a dormir, pero despierta por un ruido extraño en la sala, y al bajar, se da cuenta de que alguien está con su abuela, para terminar disparándole y huir, dejándola agonizante.

Esto da pie a que en su búsqueda de justicia, se tope con Meyer Offerman (Al Pacino), judío, millonario, sabio, con un toque de Bruce Wayne, además de un antiguo amigo de su abuela, quien lo toma como protegido y le cuenta que es parte de un grupo de personas, entre judíos, y otros miembros de minorías despreciadas por la sociedad gringa de la época (además de una monja…sí, una monja), que se dedican a buscar y ejecutar a esos viejos nazis que fueron adoptados por el gobierno de los Estados Unidos mediante una operación secreta llamada Paperclip, que buscaba asegurarse con las mentes científicas más brillantes de la alemania nazi para aprovecharlos en su beneficio, perdonándoles todos sus crímenes. Porque, como Meyer dice, “la mejor venganza, es la venganza”. Un grupo, que además, su propia safta ayudó a formar.

Jonah y Meyer viendo decepcionados como no respetas el sabbath

Esto puede sonar muy serio, pero Hunters tiene más de parodia que de historia fiel a los hechos, aún como, al igual que Inglourious Basterds de Tarantino, esté basado en algo que realmente sucedió, es decir, los crímenes de la Segunda Guerra Mundial. El tono de la serie se define desde el modo en que se presentan a todos los personajes, lo cual está hecho como si de presentación de personaje de cómics se tratara. Meyer, el millonario Inteligente; Jonah, el joven maravilla con poderes analíticos superiores; la Monja, asesina a sangre fría; la mujer negra de pelo afro, bella, inteligente y cruel; el tipo de How I Met Your Mother, actor mediocre, maestro del disfraz (que nunca se disfraza), y así con todos los demás. Además de esto, varios de los nazis están creados de forma exagerada, cual villanos de James Bond que elucubran planes malvados para destruir al mundo y sumir a la sociedad en un Cuarto Reich. Incluso la violencia en varios momentos resulta bastante gráfica o difícil de ver, como la escena en flashback en la que un capitán del ejército alemán juega ajedrez con un prisionero judío, en la que las piezas del juego son en realidad gente capturada en el campo de concentración, y en la que eliminar una de ellas significa matar realmente a esa persona, algo que por cierto, es algo que no pasó en la realidad.

La escena de Hunters que ha causado más polémica

Tal vez estos juegos extraños entre la realidad histórica y la fantasía creada por Weil sea algo que no juegue mucho en su favor, porque aunque el tono en general es paródico, es difícil (si tienes un poco de empatía en ese endurecido corazón) reír cuando ves esas escenas que recuerdan al terror que vivieron millones de personas a manos del ejército nazi. El guión utiliza mucho el recurso del flashback para recordarnos que aunque una monja este partiendo traseros en plena época de la música disco, la historia es sobre judíos matando nazis por una razón que SÍ SUCEDIÓ (aunque contando algunas cosas que en realidad no sucedieron, como lo del ajedrez), y pone énfasis en la lucha interna que se puede tener entre al decidir matar a un ser humano, sin importar lo que en realidad haya hecho, algo con lo que lidian todos los personajes del lado bueno de la historia, excepto Meyer, quien es el que toma las decisiones más duras a este respecto, por una razón que entenderemos casi al finalizar la serie.

Hablando de los personajes, las actuaciones en general son cumplidoras, destacando por supuesto el alto rango que puede tener Pacino, a pesar del horrible acento judío-alemán que un descendiente de italianos tiene que fingir; sobre su “Robin”, Logan Lerman (Jonah), algunas veces puede resultar exasperante, tanto por la construcción del personaje como por su sobreactuación en los momentos en los que se requiere mucha fuerza actoral para no desbordar el dramatismo de escenas clave. Si odiaron la necedad de Katniss en Hunger Games, entenderán a qué me refiero. Los demás, incluyendo a Josh Radnor (Lonny Flash), el famoso Ted de HIMYM, logran actuaciones cumplidoras, aunque la pareja formada por Carol Kane y Saul Rubinek (Mindy y Murray Markowitz) probablemente tienen los momentos que más pueden calar en los corazones débiles. No olvidamos a Millie Morris, la policía que va descubriendo poco a poco lo que sucedió tras la operación Paperclip, y que tiene que tiene que luchar contra el racismo presente en su corporación, contra los altos mandos del gobierno que buscan encubrir lo que sucedió después de la guerra, así como con sus propios problemas familiares.  El personaje es muy bien llevado por Jerrika Hinton, quien logra de manera muy correcta plasmar la evolución que tiene durante los diez episodios de Hunters.

Sobre los villanos, realmente se puede decir muy poco; el que más destaca es Travis Leich (interpretado por Greg Austin), un gringo fanático del nazismo que ha sido reclutado por los conspiradores alemanes refugiados en Estados Unidos para intimidar a algunos miembros de las altas esferas del gobierno, así como acabar con la amenaza judía representada por el grupo de Meyer Offerman. Y por supuesto, hay que hablar de El Coronel (Lena Olin), la figura principal detrás de la conspiración Nazi en la serie, a la que desgraciadamente no podemos ver destacar demasiado, tanto por sus pocas apariciones en pantalla, como porque el guión y dirección no le otorgan la oportunidad de lucirse como actriz. Por supuesto, muchos dirán que habría que mencionar a Dylan Baker, quien hace las veces de Biff Simpson, el hombre de la carnita asada del primer episodio, quien es descubierto como “El Carnicero de Arlav”, pero que después de su gran momento, en la mayoría de los episodios de se la pasa huyendo o a merced de las decisiones de otros nazis más “importantes”.

Travis, con ese rostro angelical, es un maldito hijo de…

Hunters resulta una serie que si bien destaca por algunos recursos utilizados, como esos insertos a mitad de la trama para explicar algunos temas puntuales para la historia, no viene a revolucionar, al menos en esta primera temporada, la industria del entretenimiento. Aunque tiene varios “giros de tuerca” que pueden llegar a sorprender, en cierta forma resultan inverosímiles por lo que se ve a lo largo de los diez episodios que la conforman. Eso sí, tiene un cliffhanger que presenta algo que puede hacer que la temporada que viene sea una verdadera joya, si saben manejarlo de forma adecuada siguiendo más el camino de la parodia que no se toma en serio; o por el contrario, ser un completo desastre que la convierta en un producto olvidable como muchos otros que pululan en los servicios de streaming. Bien podrían sus creadores seguir esa frase que Mayer le suelta a Jonah para calmar uno de sus berrinches, “un héroe no es el que hace lo correcto, sino lo que es necesario”

“Shalom, motherfucker…”

7/10

Algo digno de ver en época de pandemia.

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