Antes de ser “The Candyman” Willie Wonka tuvo que comenzar en algun lado. Y esa es la historia que nos viene a contar “Wonka”
La cinta nos trae ese viaje en el cual Wonka solo tiene unas monedas y un sueño que es compartir sus chocolates con el mundo. Ahi conoce aliados y enemigos que le ayudarán o le dejarán lecciones para el futuro.
Timothée Chalamet me sorprendió gratamente, ya que no esperaba mucho de él en el ámbito del musical y más teniendo que vestir los zapatos y el sombrero de un mounstruo como Gene WIlder (aunque habrá que explicar cómo le cambió el color de cabello). SIn embargo, más que portar el traje, se lo cose al cuerpo y hace un Willy Wonka inocente, pero a la vez arrogante, bueno, pero a la vez con un poco de malicia, simplemente encantador. Una actuación digna de considerarse en la próxima temporada de premios.
Las canciones son pegajosas (la vimos en inglés) y no se sienten metidas a la fuerza, están bien colocadas y ayudan a avanzar la historia en un gran equilibrio con las escenas habladas.
El diseño de producción es mágico. Puedes sentirte dentro de una lavandería esclavizante, en la tienda de WIlly Wonka y hasta en una catedral. Todo con efectos prácticos (mecanismos como poleas, construcciones de madera, etc.) y un CGI que si bien puede no verse tan bien en casos como el Oompa Loompa (mención aparte el trabajo de Hugh Grant como el primero de esa raza que tuvo contacto con Wonka), en general se ve muy bien sin trucos como oscurecimiento o camara lenta. Todo esto logra que te metas en la magia de la película y no quieras salir.
Hay nombres muy pesados en el elenco: Rowan Atkinson (Mr. Bean), Olivia Colman, Sally Hawkins los mencionados Chalamet y Grant, etc. Y todos logran hacer personajes entrañables, con razgos muy únicos que aunque sean villanos no puedes odiar.
A pesar de no ser una cinta navideña, Wonka es sin duda LA PELICULA que ver en esta época. Posee toda la magia necesaria para ser un clásico instantaneo y para verla en maraton con WIlly Wonka y la Fábrica de Chocolates.