El Hombre de los Sueños – Reseña *SIN SPOILERS*

Paul Matthews es un hombre común y ordinario. Un profesor de biología que nunca ha trascendido y que lleva una vida simple y rutinaria.

Nicolas Cage nos entrega una tremenda interpretación de un hombre cuya realidad experimenta un cambio total, de un casi absoluto anonimato a convertirse en una celebridad instantánea.

Dream escenario nos presenta varias situaciones, que es lo que nos convierte en alguien famoso y que significa la fama, de dónde viene y que hay que hacer para mantenerla; pero también nos hace preguntarnos cuál es el objeto de perseguir o cumplir un sueño. ¿Acaso el ver realizada una idea automáticamente hace que esta sea mejor que la realidad?

Para Paul, el verse sin previo aviso, convertido en el centro de las conversaciones y en foco de las miradas, le hace pensar que finalmente puede ser valorado por lo que es, aun cuando realmente sólo es entretenimiento momentáneo impulsado por la imagen que la comunidad tiene de lo que hace. Lo que importa no es el individuo, es lo que se piensa de él y cómo podemos proyectar nuestras ideas, nuestras fobias y nuestras fantasías en otra persona.

En una historia que va como péndulo entre la comedia y el drama, podemos identificarnos con los personajes y también identificar a los que nos rodean, porque la cinta es un microcosmos de la sociedad urbana contemporánea, en la cual todos podemos tener un minuto de gracia y después toda una vida de desgracia, o al menos hasta que surja algo nuevo para atraer la atención de los espectadores.

Hay que reconocer que la idea no es del todo innovadora, ya que podemos ver guiños a historias que tienen al menos 20 años, pero lo que la hace distinta, es que todo el conflicto del personaje, no es por algo que haga o que deje de hacer, es por la percepción que la gente tiene de él. No me importa tu vida, lo que importa es que estés en mi mente y que no hagas o no seas lo que yo quiero.

El protagonista ve una oportunidad para reivindicarse como persona y como profesional, pero los demás sólo ven una curiosidad o una oportunidad de obtener beneficio económico, finalmente lo que vende es lo actual, lo que llama la atención, lo viral; y eso hay que explotarlo.

La cinta lleva muy bien su idea hasta casi el final, cuando trata de contrastar el sueño y la realidad virtual, y entonces es cuando pierde fuerza, en vez de buscar una conclusión potente, termina siendo una fábula, donde el espectador puede decidir cuál es el mensaje que se lleva.

Lo más fuerte de este trabajo es la actuación de Cage, que construye un personaje que puede ser enternecedor, amable, inocente y desesperante. Sus buenos modales, su buena educación y su sencillez no le sirven cuando se enfrenta a una sociedad para la cual esto es sinónimo de ser bobo o aburrido.

Al final, debemos preguntarnos qué es mejor vivir el sueño o vivir soñando.

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