¡Bienvenido a CREO, la megacorporación que está salvando el mundo! Un evento catastrófico te ha noqueado durante tu primer día de trabajo… te despiertas equipado con un pesado exoesqueleto en un complejo destruido.
Partimos en un mundo de un futuro cercano, pero distópico, en el que ha comenzado una especie de rebelión de las máquinas, poniendo la puntilla a una humannidad que ha agotado los recursos, conllevando a tensas condiciones sociales y enfermedades ambientales. De este futuro sombrío se aprovechan grandes corporaciones para hacer negocio con asuntos tumultuosos. En medio de todo este panorama se encuentra Warren, un minusválido que se convierte en el inesperado protagonista de la aventura, cuando de repente ve cómo su cuerpo queda adherido a un exoesqueleto. Poco a poco tendrá que ir desenredando lo que allí acontece, deambulando por diversas factorías tecnológicas sin saber muy bien por qué, en medio de una trama que si bien pasa bastante desapercibida, hace de forma correcta las funciones de silencioso acompañante.
En cuanto a la jugabilidad del titulo, nos ha gustado su sistema de combate y eso que en los primeros compases de la aventura lo veíamos algo tosco, lento y falto de gracia. Las sensaciones cambian con el paso de las horas. Cada vez nos sentimos más cómodo peleando contra enemigos que no conocen la piedad, pues hay mucha estrategia en estas batallas. Y no me refiero solo a saber cuándo bloquear un ataque, cuándo esquivar, o en qué momento golpear. Aquí también debes decidir qué parte del cuerpo atacas; si machacas la cabeza o te centras en el brazo que porta el arma, si golpeas las piernas hasta hacer caer al rival o le asestas un tajo mortal en su torso. Dependiendo del golpe, y la fuerza de este, el enemigo reaccionará de una u otra forma, sufriendo más o menos daño en base, también, a su equipo defensivo. Centrarse en zonas desprotegidas ayuda a matarlos con mayor rapidez pero, a cambio, perderemos la oportunidad de obtener las preciadas materias primas con las que, más adelante, podremos crear nuevo equipo y mejorar las piezas existentes.
La estructura del juego nos resulto muy similar a la saga Souls, si ya has jugado algunos de los juegos de ese estilo, seguramente tú también lo encuentres similar. Generalmente, tenemos un escenario con no demasiados enemigos, pero con suficiente poder como para mandarnos a resucitar de un solo golpe. La mesura y la calma deben ser las principales virtudes para progresar con éxito en el juego. Al igual que la exploración, necesaria para abrir atajos a mitad de camino que nos sirvan para no tener que repetir una y otra vez los mismos sectores y poder seguir profundizando en la trama. The Surge cumple a rajatabla las funciones estándar de todo Action-RPG que se precie, premiándonos por vencer enemigos, obteniendo a cambio chatarra electrónica, lo que al uso es la moneda del juego, y que nos sirve tanto para subir el nivel del personaje como para mejorar y diseñar nuevas armas u equipo para elevar sus características en el Centromed.
Hay enemigos humanoides, pero también máquinas equipadas con varias armas a las que se puede destrozar, pieza a pieza, para minimizar su fuerza de ataque. Es algo que nos encanta. Sentimos que cada golpe que damos tiene una razón de ser, contribuye a alcanzar la victoria más allá del mero hecho de restar salud al contrario, y es lo que al final te motiva a seguir adelante.
A nuestra disposición tenemos un buen arsenal de armas; pesadas, a dos manos, las que causan poco daño pero te permiten moverte con mayor soltura, y las que nos dan la posibilidad de atacar desde cierta distancia, manteniendo siempre a raya a los rivales. Con las materias primas necesarias podremos mejorar cualquiera de estas herramientas de combate, potenciando su daño, o la velocidad con la que golpeamos, del mismo modo que podemos mejorar todo el equipo defensivo a nuestro alcance. Cascos, protecciones para los brazos, piernas, torso, todo esto lo podemos adaptar a distintas estrategias para que sea el complemento ideal de nuestro superviviente. No acaba aquí la cosa. En los centros de salud, únicos puntos seguros de todo el juego, podremos instalar en nuestro cuerpo implantes con mejoras pasivas, como mayor nivel de salud, resistencia o detectar objetos ocultos; así como habilidades activas con las que se puede aumentar el daño de las armas o sanar las heridas. El uso de estas es limitado, pero bien usadas, pueden salvarnos el pellejo en los momentos críticos.
Gráficamente, se nota que los desarrolladores se tomaron el tiempo de lograr un buen trabajo visual, el motor gráfico FLEDGED diseñado por Deck 13 sirve para dibujar estos espacios futuristas de una forma limpia, estable y solvente, se nota el trabajo las texturas de los escenarios y los diseños de los enemigos. Esto resalta más en las batallas con los jefes, las cuales, a pesar de provocar un enorme dolor de cabeza, llegan a maravillar con su diseño. A su vez, los diseños de las armaduras y de las armas, también cuentan con mucho detalle, haciendo que a medida que vamos obteniendo mejores armas, se note tanto en el apartado técnico como en el visual.
Nuestra conclusión: Si eres un fanático de la saga Souls, sin duda deberías de probarlo, ya que el juego tiene suficiente contenido e historia para tenerte enganchado a él. El sistema de combate, si bien tiene algunos errores, en general nos deja un buen sabor de boca, los escenarios y enemigos nos permiten disfrutar a medida que avanzamos por la historia, aunque a veces se vuelve un poco tedioso por la dificultad exagerada en puntos claves.
Por otra parte, si eres un jugador más casual, quizás no sea la mejor opción, ya que estos juegos requieren de mucha prueba y error para ir obteniendo practica en su estilo de combate.
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