En el marco del 80 aniversario del personaje insignia, junto con Superman, de DC Comics, sale a la luz este número 1,000 de Detective Comics, el cual incluye varios relatos de los artistas del momento, además de hermosas portadas variantes haciéndolo un artículo muy deseado para los coleccionistas y hasta para los seguidores casuales del murciélago.
Dentro de este compilado, grandes artistas del medio se unen para presentarnos la historia de “Manufacture for use” a cargo de Kevin Smith en el guion, Smith nos entregó grandes obras como: Marvel Knights Daredevil The Man Without Fear, Spiderman and the Black Cat “The Evil That Men Do” o Green Arrow, en el aspecto gráfico tenemos al enorme Jim Lee (X-men,WildC.A.T.S. Batman, Superman, entre muchos otros), apoyado en las tintas por el inseparable Scott Williams y Alex Sinclair en los colores.
En este relato, Batman, a través de su alter ego, “Matches Malone”, busca un objeto muy peculiar en una tienda de segunda mano, denominada Gotham Gift Shop, llena de objetos inusuales, por decir lo menos, objetos que fueron rescatados de escenas del crimen de Gotham y que encontramos desde disfraces hasta armas que los chicos malos de Gotham van dejando atrás en sus correrías.
“Matches” Malone es personaje recurrente en la historia de Batman, identidad con la cual se le ve visitando el bajo mundo de Gotham City para recabar información o, como en este caso, conseguir objetos que, con la identidad de Bruce Wayne o Batman, sería prácticamente imposible conseguir, tal como sucede en esta ocasión donde Malone encuentra en esta Gotham Gift Shop el arma que utilizó Joe Chill para asesinar a sus padres y que logra comprar por 1,500 dólares.
En la historia, durante la descripción de lo que uno puede encontrar en la tienda, gráficamente vamos viendo escenas de los enfrentamientos de Batman con su galería de enemigos, haciendo una apología de los desafíos que va enfrentando el caballero nocturno cada noche, en su interminable cruzada.
Después haber comprado el arma, Batman la lleva a la baticueva donde Alfred le cuestiona la cordura de tener esa arma homicida en su vitrina de trofeos, a lo que Bruce le contesta que, a pesar de que esa arma nunca le disparó a el, personalmente, le quitó todo lo que tenía, además de lo que pudo quitarle a otros y que a partir de ese día, no dañaría a nadie más ya que la funde para hacer una placa que le cubra el pecho, por debajo de su emblema, haciendo , metafórica y literalmente, que ese metal proteja su corazón, que es justo donde más le atacan sus enemigos tal y como nos lo muestran las diferentes escenas dibujadas por Lee en el relato.
La historia es buena, es, como se espera de un tomo recopilatorio o especial, una historia que nos recuerda la importancia del personaje y lo que debe enfrentar cada día, aunque salvo por el detalle del final de la pistola, la historia no será relevante para el futuro de Batman, aunque está bien contada y logra que el lector se identifique con la cruzada del encapuchado, su lucha diaria y sus motivaciones.
Sobre todo, lo que destaca son los dibujos de Jim Lee, quien ha demostrado ser uno de los mejores dibujantes de la historia del murciélago y que aquí no decepciona, al contrario, nos ofrece hermosos trazos.
Habrá que ver si el destino final de esta pistola es considerado canon para la editorial ya que anteriormente la habíamos visto en manos de Batman, como sucedió en la saga “Year Two” donde Batman la porta mientras hace equipo con Joe Chill o algunas otras.
Este número 1000 seguramente tendrá sus detractores y personas que la amarán, de entrada, les comento que esta historia, me gustó, a secas ¿a ti te gustó? Coméntanos tu opinión.
Calificación 8/10
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