Hay historias cuyo resultado nos trajo las bases del mundo como lo conocemos. Una de ellas es la llamada “Guerra de las Corrientes” la cual es la que nos cuenta Una Guerra Brillante. Al ser una película de un hecho histórico no considero necesario poner el *SIN SPOILERS*.

Edison (Bendict Cumberbatch) ya ha patentado el foco de larga duración y es ya un inventor reconocido, toda una superestrella (lo que Elon Musk daría su brazo derecho por lograr, basicamente). Del otro lado George Westinghouse (Michael Shannon), inventor que se hizo rico con el freno de aire para trenes, tiene en la mira nuevos mercados y está decidido a entrar en la industria de la electricidad. Esto desata una guerra entre ambos por iluminar los Estados Unidos con sus métodos, pero hay un comodín que entra en juego: Nikola Tesla (Nicholas Hoult).

Si contamos un hecho histórico y no le agregamos el elemento Hollywood para hacer que el común de la gente se interese en el, estariamos ante un proyecto muy soso. Esta cinta ha sido definitivamente freida en la salsa Hollywood dandole a los personajes matices que le causen al espectador interés en el mismo. Se le dan elementos de drama, comedia, e incluso una parte de misterio, además de volver las personalidades de los que intervinieron en esta guerra un carácter histriónico.

Se sabe que Edison era un tipo dificil, megalómano, con el cual trabajar era dificil. Sin embargo aquí se le dota del carácter que hemos visto en personajes como el Doctor House. Cumberbatch no es ajeno a estos personajes, basta ver a su Sherlock y , en específico, a su Dr. Strange. De hecho su versión de Edison es básicamente Stephen Strange antes del accidente, pero con una ética muuuuy fragil. Ademas de agregarle el elemento de tragedia que ayuda a humanizarlo más ante el público.

Westinghouse es pintado como un hombre que trata de hacer lo correcto y trata de no entrar en el juego sucio de los demás. Sin embargo, no tiene tapujos en ensuciarse si todas las vías limpias se han agotado, además de que es presentado como un mandilón.

Nikola Tesla es quien fune como el factor decisivo de esta competencia, sin embargo es pintado como un santo, una pobre víctimade las circunstancias, le faltó desarrollo a este personaje, fue tomado de manera muy superficial. Esto es quizá por esta tendencia de reivindicarlo que ha surgido en los últimos años, dejando a Edison como el villano. Una oportunidad desperdiciada.

Destaca también Tom Holland como Samuel Insull, quien funge como secretario y “voz de las consciencia para Edison”, aunque no hace un muy buen trabajo que digamos, ya ni hablemos desu contraparte de la vida real, quien estuvo procesado por fraude fiscal y prácticas monopólicas.

Aunque ya sabemos el resultado (Westinghouse /Tesla ganan), lo emocionante es ver cómo se van dando las cosas, como el origen de su rivalidad,  los contratiempos que va teniendo cada uno, hasta las metidas de pie que se dan mutuamente. Todo hecho a  través de montajes con mapas, progresiones rápidas etc.

El guión es sólido, te mantiene en la película y tiene 2 o 3 grandes momentos, sobre todo al final cuando los 2 rivales tienen una plática corta.

En conclusión, Una Guerra Brillante es una película que no debe ser tomada como un documento histórico fidedigno, sin embargo ayuda a que la gente se acerque a la historia y se de una idea de cómo sucedieron los eventos. No esperes una lección de física o de electromagnetismo tampoco. Una película dominguera.

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