El narrador y poeta rumano Mircea Cãrtãrescu, ganador del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2022, tiene muy claro el poder de la poesía en un mundo como el nuestro, en el que el poderoso busca imponer su ley sobre el pueblo, al tiempo que desea ser alabado.
Durante la ceremonia de inauguración de la edición 36 de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, en la que Sharjah y la cultura árabe son los Invitados de Honor, Cãrtãrescu expresó en su discurso la influencia que desde los tiempos de Platón ha tenido la poesía. Recordó que en La República el filósofo griego señaló que la poesía es capaz de generar miedo en los poderosos, al ser el único atisbo de libertad.
“En la ciudad-Estado platónica, los únicos poetas admitidos son los oficiales, los laureados, que cantan himnos y odas a la grandeza de la ciudad. Su partitura está estrictamente regulada, su discurso estético es uno e invariable. El poeta libre, con un discurso plural, ese que imita todas las voces de la ciudad, no encuentra hueco en el orden preestablecido. Él es llamado ante los gobernantes, que se inclinan ante él y reconocen su genio, pero le ruegan que abandone la ciudad, porque no resulta útil en ella”, dijo Cãrtãrescu en su discurso de agradecimiento.
Apoyado en ideas de autores como Platón, Borges, Kafka o J. D. Salinger, el autor de Nostalgia y Solenoide continuó hablando del poder que tiene la poesía como una figura llena de valor y libertad.
“La poesía es el gato muerto del mundo consumista, hedonista y mediático en el que vivimos. No se puede imaginar una presencia más ausente, una grandeza más humilde, un terror más dulce. Nadie parece ponerle precio y, sin embargo, no existe nada más valioso”, comentó Cãrtãrescu.
Antes de recibir el Premio, Sergio Ramírez, ganador del Premio Cervantes 2017, leyó una semblanza del escritor rumano. “Mircea respira el áspero perfume de la ficción, la escritura es su nombre; puedes saber que existe la salida, que existe el reino, pero que tú, que estás hecho para ello, impecable con tu traje de boda, no recibirás, sin embargo, la llamada, su cuerpo como pluma, su sangre, como tinta, su mente como cuaderno”, leyó Ramírez, cuyo texto, confesaría después Cãrtãrescu, dejó sin palabras al autor europeo.
Momentos antes de que se entregara el Premio FIL de Literatura en el auditorio Juan Rulfo de la FIL, Ricardo Villanueva Lomelí, rector general de la Universidad de Guadalajara, habló de una Feria en la que lo tangible y lo intangible se reunían. “A lo largo de su historia, la FIL nos ha regalado riquezas tangibles, pero sobre todo, riquezas intangibles. Tangibles son, por ejemplo, las dos mil casas editoriales que se encuentran aquí año con año, pero intangible es la huella que ha quedado impresa en la mente de quienes han sido seducidos con las ideas grabadas en todos los asistentes”, mencionó Villanueva Lomelí.
Por su parte, el presidente del Patronato de la FIL, Raúl Padilla López, destacó el valor de la presencia de Sharjah, primer país Invitado de Honor de origen árabe en las 36 ediciones de la FIL.
“La presencia de Sharjah nos hace recordar las fuertes raíces árabes de nuestra lengua, en la impronta de su arte forjadas hace siglos durante una experiencia cultural única en Occidente como llamó nuestro querido Carlos Fuentes a la presencia de los árabes en España”, recordó Padilla López.
Por Sharjah hizo uso de la palabra el jeque Fahim Al Qasimi, presidente ejecutivo del Departamento de Relaciones Gubernamentales de este emirato, quien destacó el puente cultural que supone ser invitado de esta Feria. Recordó la ilusión que la presencia en Guadalajara provoca en su país, y habló de un proyecto que impulsará la traducción de cerca de 60 libros del árabe al español.
Además, la jequesa Bodour Al Qasimi, quien es la presidenta de la Asociación Internacional de Editores recordó la importancia de los libros en el contexto actual. “Esta maravillosa Feria del libro, y la colaboración este año entre Guadalajara y Sharjah, nos dan la esperanza de que nuestros libros seguirán creando puentes y colaboración”, dijo Al Qasimi.
De esta manera comenzó la edición 36 de la FIL, en la que Sharjah y la cultura árabe son los Invitados de Honor.