El 31 de octubre se estrena El tiempo que tenemos, un filme que viene con la promesa de ser una de las mejores películas de romance y drama del momento. Las menciones honorificas que ha recibido no son en vano, y no, no es otra historia cursi de amor. ¡Te contamos más!
Sinopsis oficial:
Almut (Florence Pugh) y Tobías (Andrew Garfield) coinciden en un encuentro muy aparatoso que cambia sus vidas por completo. A través del tiempo ambos van comprendiendo los dolores de la vida y aprenden a sobrellevarlos mientras construyen su historia como pareja. sin embargo, surge un evento que les mostrará que el presente es lo que más importante.
Mientras ambos luchan y se acoplan a su forma a los límites del tiempo, aprenden a valorar cada momento, respiro y decisiones.
A través del ojo de C506
We Live in Time (El tiempo que nos queda) es una oda a las luchas diarias e interminables de miles de historias al rededor del mundo, todas ellas centradas en el tiempo, en lo corto e insensible que puede ser su pasar. El desarrollo y premisa del filme nos muestran que hay otras formas de contar una historia, y desde luego, nos confirma lo que muchos pensamos de muchas películas de romance. Hace falta humanidad, realismo y consciencia para enganchar a la audiencia sin importar su edad. We Live in Time deja un legado de cómo debe ser un guion.
Nick Payne. el guionista y mente creadora de esta maravillosa historia, una vez más muestra porqué es tan aclamado en el mundo artístico. Como guionista de teatro y apasionado por el tema del tiempo, quiso salirse de su zona de confort y explorar el leitmotiv en un contexto más cotidiano.
Su mente creadora e inteligencia artística lo hizo cuestionarse si esta historia debería ser expuesta a través del ojo de la cámara cinematográfica, ¿existe otro imitador de la memoria como el cine? Para Payne, el cine fue el mejor medio para vivir una historia acerca del tiempo.
Con la dirección de John Crowley la historia de Payne tomó vida con honorabilidad. Para John era muy importante dotar de cotidianidad la historia a través del clima visual, no como el cliché de un Londres frío, lluvioso con tonos azulados. En esta historia estuvimos en un lugar cálido, con gente como los demás, sonriendo, sufriendo, trabajando, conviviendo, y sí, se trata del mismo Londres.
Desde luego la mancuerna del director y del guionista se vio reflejada en cada minuto de la película. Cuidando cada detalle, no hay huecos, personajes innecesarios, errores secuenciales, ni ruidos visuales. Todo en esta película es un tejido inteligente, tomando en cuenta que su estructura no es es lineal. No hay mejor forma de hablar del tiempo que una historia atemporal.
La elección del casting fue brillante. Andrew Garfield y Florence Pugh tuvieron una química innegable. Ambos desarrollaron sus papeles nítidamente, adentrándose a los dolores y preocupaciones de sus personajes. Florence hizo una labor arriesgada y Garfield supo acompañar a su colega en cada una de las escenas.
Todo este conglomerado de trabajo tuvo que ser ordenado por el editor Justine Wright. Fue toda una hazaña lograr el efecto emocional que buscaba John, sin embargo con la dirección de Crowley y con la intuición narrativa de Wright se logra un trabajo espectacular. Aplaudible, es pocas palabras.
We Live in Time tiene un final poético, parafraseándose así mismo. Sencillo, de unos cuantos minutos que marcan y firman el filme con una sensibilidad hermosa. Y sí, este final seguramente logrará sacar una lagrima a sus espectadores.
Sin lugar a dudas, es un filme que debes de ver, vivir y discernir, así como nosotros lo hicimos. Podrás disfrutarla en tu cine favorito. Recuerda compartirnos tus comentarios y expectativas. ¿Con quién irás a verla? Te dejamos el tráiler: