En aquellos años 60, donde DC trabajaba con guiones completos y con un estilo de casa muy rígido, Marvel hacía que sus artistas básicamente se volvieran locos con nada más que una trama vaga.
El trabajo del artista era marcar el ritmo de la historia y, a menudo, Stan Lee, y luego Roy Thomas, se prestarían a ideas extrañas y maravillosas en las que nunca habían pensado, pero que eran responsables de dialogar. La mayoría de las veces funcionó maravillosamente.
Neal Adams básicamente toma los X-Men y lo pone a hacer el pino. Con Werner Roth los X-Men no iban a ninguna parte y de repente, Neal Adams crea a Havok, resucita a Magneto, lleva a los X-Men a luchar contra Sauron y va a la Tierra Salvaje, donde a su regreso de la Tierra Salvaje descubrimos que el Profesor X no está muerto, pero está muy vivo, todo en aproximadamente 10 números… y luego el libro se cancela. Sin dudas, uno de los mejores ejemplos del por qué el Método Marvel funciona tan bien.
Los Cuatro Fantásticos, bajo la mano de Jack Kirby fueron explosivos en la creación de nuevos mundos y conceptos. Citarlos a todos sería agotador! Echa un vistazo a los cien primeros números de los Cuatro Fantásticos de los. O los r de Iron Man, Capitán América, Thor, Hulk, y los Vengadores.
Gene Colan en Daredevil y especialmente Doctor Strange. Los personajes corren bajo el lápiz mágico de Gene Colan y el entintado de Tom Palmer fue innovador, con unas soberbias historias.
John Romita sacó a Spider-Man del estilo de los 50 de Ditko y los hizo modernos, atractivos y geniales.
Nick Fury, que con Kirby daba vueltas sobre lo mismo hasta que Jim Steranko lo agarró y lo convirtió en pura imaginación que hacía explotar tu mente.
El método Marvel, es una forma de trabajar los argumentos y guiones para producir comics que ya es legendaria. Se presume que que todo comenzó allá por los años 50, antes de que Marvel fuera Marvel. Un método que se creó por necesidad más que por otra cosa.
Stan Lee era el único guionista fijo y debía ocuparse de varias colecciones a la vez, todas ellas con fechas de entrega final muy cercanas, de modo que se sacó de la manga ese procedimiento que con los años se fue convirtiendo en una de las señas de identidad de Marvel.
Con esas condiciones sobre la mesa se inventó y empezó a utilizar el Método Marvel alrededor de 1955 o 1956, aunque a veces tenía que escribir guiones enteros a determinados artistas o por determinadas circunstancias en aquella época, ya fuera por negativa de los artistas, porque el sistema de guiones completos y detallados era estándar en la industria, y porque a menudo si no escribía guiones completos, Lee podría no cobrar, de modo que lo hacía aunque no hubiese dibujantes ilustrando esos guiones hasta tiempo después.
En aquellos primeros años de Marvel, a partir de la llegada de los Cuatro Fantásticos en 1961, Lee escribía tantos comics que no podía mantener el ritmo de los dibujantes. No les daba suficiente trabajo. Los dibujantes, como freelancers que eran, no podían permitirse el esperar a que Lee acabara de escribir una historia para otro antes de ponerse con la suya porque en ese periodo de tiempo no cobraban. No estaban en nómina, no recibían un salario por no hacer nada, si no dibujaban, no ganaban un sólo dólar. Así que les venía a decir algo como que por falta de tiempo y por el mucho trabajo pendiente no le era materialmente posible el ponerse a escribir un guión completo y cerrado para cada dibujante.
Lo que hacía era darle la visión general de la idea que tenía para la historia, destacando escenas, hechos o personajes que Lee creyera necesario que aparecieran, a veces por escrito y muchas más veces de forma verbal. Con esa forma de hacer, el dibujante correspondiente podía dibujar la historia de la manera que quisiera, siempre que respetase las ideas principales y las destacadas. De esta manera, mientras Steve Ditko seguía a lo suyo a su propia manera, Stan Lee yo podía ponerse con otra historia de Jack Kirby, Dick Ayers o quien fuese. Y para cuando acabase de dibujarla, simplemente le ponía los diálogos necesarios para que la historia funcionase.
De esta manera podía mantener a un artista ocupado mientras terminaba otra cosa para otro. La cosa funcionaba tan bien que empezó a a hacerlo con todos los dibujantes que recalaban en Marvel. Les daba una idea y la dibujaban como ellos querían. No le importaba en absoluto como lo hicieran, incluso si no lo hacían como Lee imaginaba o esperaba que fueran, ya que era lo suficientemente confiado como para creer que podía solucionar cualquier desaguisado y arreglarlo con los diálogos. Le daría sentido incluso si lo no tenía a través de sus palabras.
Así es como como Marvel atrajo y mantuvo a una buena cantidad de artistas trabajando a la vez, con este sistema.
Muy frecuentemente los artistas trabajaban desde sus casas. Se enviaban un montón de paquetes de un lado para otro. Stan Lee hablaba por teléfono con los dibujantes o en persona o les escribía un bosquejo de la historia, el dibuajante se iba a su casa y lo dibujaba, se lo traía a Lee, y él lo aprobaba o no y le decía que cambios había que hacerse. Después se lo enviaba al entintador, ya que al igual que con los dibujantes, no había uno fijo en plantilla.
El entintador lo mandaba de vuelta y si a Stan Lee le gustaba, que casi siempre era que sí, se lo remitían al rotulador, ya que éstos si que estaban en plantilla, y también alguno que trabajaba por su cuenta en casa. Así que se volvía a enviar todo otra vez y una vez rotulado, de vuelta para la oficina. Y faltaba darle color al comic, así que otro viaje más de ida y vuelta. Antes de que ser publicados, esos comics ya habían visto mundo.
A los dibujantes se les pagaba antes de publicar el tebeo, sin saber si el tebeo se iba a vender bien o no. Se les pagaba a la entrega de su trabajo. En los 60 las ideas para nuevos personajes partían de Lee como una de sus responsabilidades. Y lo que ocurría es que el dueño de la compañía, Martin Goodman lo llamaba a su oficina y le decía cosas como:
“Dc Comics tiene un tebeo llamado la Liga de La Justicia y esta vendiendo muy bien. Quiero que te inventes un equipo de superhéroes, algo parecido a eso”.
Así que era su responsabilidad el crear algo semejante según entendían las dos partes, Goodman y Lee. Se le ocurrió la idea de los 4 fantásticos y escribió un breve argumento general de la serie. Se lo pasó a Jack Kirby, el cual hizo un trabajo colosal y creo ciertos aspectos que enriquecieron más a los personajes y su entorno. Lo mismo hizo con Hulk, con Ant Man, con los X-Men, con Iron Man…no le fue posible. Quería que Kirby lo dibujara todo, pero no le era materialmente posible por estar ya ocupado en múltiples series, por lo que le tuvo que dar el trabajo a Don Heck. Daredevil se lo pasó a Bill Everett.
Con Spiderman pasó algo curioso. Lee tenía la sensación que iba a ser un comic muy bueno por lo que Jack tenía que dibujarla así que le entregó el encargo, pero detallándole que no lo dibujara con ese toque tan épico con el que dibujaba a todos sus personajes. Quería que fuera más común, que rebajara el tono superheroico. Jack intentó dibujarlo y hacerlo lo más humano posible, aunque el resultado seguía pareciendo demasiado heróico. Así que le comunicó que tendría que encargarse otro del proyecto. Algo que a Kirby le quitó el sueño, pues él ya tenía mucho trabajo pendiente que hacer. Así que se lo pasó a Steve Ditko, cuyo estilo era mucho más realista y es quien terminó dibujando al personaje, con un concepto completamente distinto al planteado hasta el momento.
La relación entre Lee y Kirby de aquellos años fue muy cordial desde el principio, Lee se declaraba un gran fan de su trabajo. Era el mejor dibujante del sello Marvel y le asignaba los proyectos más importantes. Dibujaba tan bien y con tanta pasión que los lectores siempre querían más, más y más.
Podría decirse que era la gran estrella de la casa. Lee, por su cargo, era el que se ocupaba de dirigir, supervisar, cambiar y controlar el trabajo de Kirby. También era el que decidía que comics y personajes tenía que dibujar. Jack Kirby nunca enviaba ningún trabajo no solicitado ni tampoco se oponía a las correcciones que le hacía, a Lee le era muy fácil trabajar con él, y siempre le ponía como ejemplo.
Stan Lee le entregaba el bosquejo de la historia. Según iban trabajando juntos y con el paso de los años, ese bosquejo era cada vez más y más pequeño. Sólo tenía que decir cuatro detalles significativos como cual sería el villano de la historia que debían narrar, que sería lo principal que haría ese villano, y cuatro rasgos más. Una escueta descripción para rellenar un comic de unas 20 páginas aproximadamente.
Kirby se encargaba de rellenar esos espacios con gran habilidad y talento, para él y para otros como Ditko, que le dieran un argumento general de cinco líneas no era ningún obstáculo, se bastaban y sobraban para crear la historia. Al final, Stan Lee rellenaba los bocadillos de diálogo en blanco con diálogos que se inventaba para la historia y hacer encajar todo el conjunto textual-visual y darle sentido como a un todo, algo que Lee disfrutaba. Una forma de proceder que duró unos cuantos años.
Un tema delicado es que, como los guiones que entregaba Lee, cuando los entregaba y no los comentaba por teléfono, eran cada vez más y más escuetos, los dibujantes tenían que rellenar como pudieran el resto de la historia y en el proceso tenía que crear algún personaje que encajara con lo que pasaba. Por ejemplo, se podía decidir que el doctor Muerte enviara algún robot gigante a secuestrar a Sue por lo que alguien tenía que crear ese robot. O a cualquier otro personaje que participara en la historia.
Esta claro que hubo dibujantes que tuvieron que crear a muchos personajes, lo cual podía resultar en una colision de intereses. Pero en aquellos días de los años 60 era parte de su trabajo. En los cheques que los dibujantes firmaban venía algún párrafo por detrás delos mismos en el que básicamente se decía que la compañía era propietaria del trabajo por el que se pagaba en ese cheque. Creo que en los cheques que recibía todo el mundo en la industria del comic, no sólo Marvel, ponía más o menos lo mismo.
Una declaración fidedigna de primera mano sobre el Método Marvel en aquellos años y todo lo que implicaba:
Roy Thomas: El día que conocí a Stan, un viernes, me dio una historia de un comic para dialogar durante el fin de semana. Inmediatamente pasé a trabajar como escritor de plantilla. Estaba directamente bajo las ordenes de Stan, pero a la hora de la verdad, se comunicaba conmigo a través del director de producción, Sol Brodski. Aunque técnicamente no era mi superior, era la persona que me transmitía las ordenes o lo que tuviera que decirme Stan. Informal es la palabra que mejor describiría la manera de trabajar en los 60. Al mes o dos deje de ser escritor de plantilla para convertirme en otra cosa. Nunca hablábamos mucho sobre cargos, pero supongo que pasé a ser asistente al editor o editor asistente. Nunca me lo dijeron, yo solo lo asumí. Nunca tuve un cargo oficial hasta que un día Stan nos reunió a mi y a un amigo mío, Gary, y nos dijo: Yo soy el editor, así que supongo que esos os convierte en asistentes al editor. Hasta mediados de 1972 me convertí en el editor en jefe.
El primer paso para la realización de un comic era que al escritor se le ocurriera un argumento. Stan se encargaba de elegir al escritor para cada trabajo, pero la mayoría de las veces se elegía a si mismo. Entonces el escritor escribía una sipnosis o se la comunicaba verbalmente al dibujante, que también era elegido por Stan. El dibujante realizaba las páginas, las enviaba por correo o las traía personalmente a la oficina para que Stan las revisara.
Si no había correcciones que hacer, el guionista dialogaba el tebeo. Si esto lo hacía el propio Stan o su hermano se enviaba directamente al rotulista, sino Stan tenía que revisar otra vez lo que habíamos hecho. Y del rotulista iba directamente al entintador, porque ese paso normalmente Stan no lo revisaba.
Cuando el comic regresaba de vuelta a la oficina les llegaba a Stan o a Sol que lo leían y daban una última opinión sobre si era necesario hacer algún cambio, que en esa etapa pocos se podían hacer. Y luego iba al colorista. La portada se podía hacer en cualquier momento, pero normalmente se hacía después de que el tebeo se hubiera dibujado.
A los dibujantes se les entregaba una historia, que podía ser unas pocas frases en dos o tres paginas con el argumento general. No era en plan guión de cine con los diálogos que decía cada personaje. Era más un relato corto con lo importante de la historia. Y el trabajo del dibujante era convertir eso en viñetas. Era plenamente consciente de que Marvel era la propietaria de todo el material escrito para ellos. Cuando hablaba con dibujantes y guionistas de la época, todos aceptábamos que esa era la forma de trabajar. Algunos no estaban del todo contentos con aquello, pero eran las condiciones de nuestro trabajo.
Los dibujantes escribían en los margenes notas a lápiz en las que le contaban a Stan en lo que estaban pensando al dibujar aquello. Y en algunas de ellas, aparte decir cosas como “esto explota” a veces ponían diálogos más o menos completos de lo que estaban diciendo los personajes. Lee era el que tenía la palabra final sobre si esos diálogos valían o no.
Las ideas normalmente eran cosa de Stan Lee ,y de Stan Lee y Roy Thomas a partir de los años 70 pero estaban abiertos a cualquier cosa que se pudiera sugerir, pero no era algo que se promoviera en forma alguna ni que se solicitase. Con el tiempo, y con los cambios de propietarios y directivos en la empresa se fue utilizando cada vez menos ese método, extendiéndose el uso del guión completo. Pero no deja de ser prodigiosa esa forma de trabajar, que llevo a elevar a una empresa que ahora en su totalidad o en parte ha pasado a incorporarse al imaginario colectivo en el mundo entero.
Un anónimo conocedor de los entresijos de Marvel habla acerca de su famoso método en la actualidad:
El método Marvel en realidad puede consumir más tiempo si no se está acostumbrado o abierto a los imprevistos. Y dada la predilección de DC por los comentarios editoriales, hace que los cambios sean más difíciles, ya que luego se verán atrapados en los dibujos a lápiz. Utilizar ese método de trabajo implica que debe haber un nivel de confianza entre escritor, artista y editor. Todos deben estar en la misma página. Mucha discusión de antemano. Y una vez que te comprometes con un argumento, el editor sabe que el artista, por supuesto, agregará su propia interpretación a las cosas. El editor tiene que ser un poco más libre, sabiendo que habrá menos tiempo para las correcciones.
Esto fue utilizado casi siempre en los años 60, y en los 70 y principios de los 80, cuando se fue dejando arrinconado el Método Marvel en favor del guión completo, para impulsar historias que sabían que serían controvertidas. Se pone en el último minuto y nadie tiene tiempo para hacer correcciones. Tendrán que publicar tal cual o perder el envío. Puedes verlo como una forma de hacer que los libros salgan más rápido, el escritor hace menos trabajo por adelantado, el artista obtiene el guión antes. Claro, suena razonable, pero eso no explica cada paso después del dibujo a lápiz.
Si aparece una página que no les gusta, el editor debe volver al lápiz para realizar correcciones, lo que le hace perder un día, o ir al entintador o al colorista para realizar cambios, lo que cuesta más dinero, y también puede molestar a los demás implicados.
Luego, por último, está la etapa de guión, por lo que el guionista solo puede escribir una vez que se haya insertado la última página. Por lo general, no quieren guiar toda la historia hasta que la vean completa. No quieren hacerlo página por página. Lo que significa que tienes que confiar en tu escritor para darle la vuelta al guión dentro de unos días. Y luego se convierte en una gran carga para el rótulista. Si un rotulista tiene un guión completo, puede comenzar la producción muy temprano, al mismo tiempo que el dibujante, para así formatear el texto, el tamaño de los globos y comenzar a aparecer cuando ingresen las páginas. Con el “Método Marvel” no es algo raro el que deban esperar hasta el último minuto.
Y justo cuando después de años de no utilizarse y parecer un método olvidado, en Dc comics, a partir de este año 2018, los escritores serán instruidos para trabajar con el “Método Marvel”. Eso es, proporcionar tramas para luego convertirlas en comics por el artista, antes de ser guionizadas por el escritor, una fórmula nunca usada hasta ahora en la empresa.
Este será el estándar en adelante con los títulos principales mensuales en curso a menos que los dibujantes soliciten específicamente un guión completo para trabajar. Así es como el artista y el escritor deciden que así es como ambos quieren trabajar juntos, lo que generará entretenidas reuniones entre ellos.
Las ventajas del “Método Marvel” sobre el método de guión completo que han sido citadas por creadores y profesionales de la industria destacan que el artista tiene una mentalidad más visual y, por lo tanto, a menudo tiene una mejor idea de cómo debe desarrollarse una escena, le da al artista más libertad, y aligera la carga sobre el escritor. Las desventajas citadas incluyen que no todos los artistas talentosos son escritores hábiles, y algunos luchan sobre aspectos como las ideas de trama y el ritmo, se aprovecha de los artistas, a los que normalmente se paga solo por el arte aunque trabajan esencialmente como coautores, y el desarrollo de una historia por parte de un artista puede chocar con el estilo del escritor.
Es prodigiosa la magia de la colaboración. La magia no siempre sucede solo al juntar superestrellas del noveno arte. Hay una energía efervescente que necesita encontrar su camino a través de los creadores en el papel y en nuestra imaginación.
Ahora también hay muchas historias grandiosas que usan el método del guión completo, pero una y otra vez, las mejores en el negocio, como una gran mayoría, disfrutan el tener una mano más libre para crear historias con un argumento básico para trabajar, y el Método Marvel, que sólo utilizan algunos creadores de comic independientes, volverá a ser una referencia en toda la industria del comic a través de la mano de Dc.
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