Antes de la gran explosión de las consolas y antes de tener una computadora en casa que me abriera la puerta a grandes momentos de entretenimiento, mi contacto con los videojuegos fue saltando de casa en casa y una que otra arcadia, la dinámica regularmente consistía en esperar a que el dueño de la consola te diera la oportunidad de jugar o buscar entre las arcadias una que no estuviera rodeada de niños, mas, todo eso cambió cuando durante los festejos navideños, mi padre nos regaló, a mi hermano y a mí, nuestra primera consola. El mundo del “multiplayer” es curioso y complicado, desde el siempre caótico ambiente de los videojuegos competitivos (que muchas veces sacan lo peor de nosotros) hasta las sinuosas rutas de los videojuegos colaborativos, desde la “retas” en Street fighter, hasta los “Raids” en World of Warcraft, hacer un juego pensado para la dinámica colectiva, es una tarea difícil, pero no imposible.
Instalé con singular alegría Overcooked en mi laptop con la esperanza de haberme topado con otro juego “multiplayer” que en realidad terminaría jugando solo, más para mi sorpresa, “Overcooked” vive bajo la máxima “Mientras más, Mejor” dándome una tarea que pocas veces había experimentado al hablar de videojuegos. Siendo un ávido coleccionista de juegos de mesa y “dungeon master” oficial, estoy acostumbrado a reunir amigos y conocidos para jugar durante horas y consumir comida chatarra hasta el cansancio, pero pocas veces había necesitado reunirlos para disfrutar de un videojuego.
Y cierto es, que si realmente queremos vivir la experiencia de un juego de peleas o un “mmorpg”, siempre hemos de recurrir a una o dos personas extra, pero la irónica victoria de “Overcooked” como juego, es el hecho de que sin importar que tanto nos esforcemos, el juego, su historia y dinámica solamente se pueden disfrutan al cien por ciento al jugar en compañía, lo cual cambia significativamente el cómo vivimos este juego, uno puede perderse en los bosques de “Azeroth”, o aventurarse a pelear contra un inmisericorde “Rugal” controlado por el sistema, pero nunca controlar a la perfección una cocina que desde el primer momento nos solicita dos chefs.
“Overcooked” es un juego colaborativo que sin muchas contemplaciones nos arroja al interior de su historia, “Cocinar para salvar al mundo” es la premisa y que en los primeros 5 minutos nos enseña las mecánicas básicas de aquello con lo que hemos de lidiar de ahora en adelante, controles simples para tareas que parecerían simples, mas, lejos de ello, en la cocina real, como en la digital, el caos, es el plato fuerte.
Los invito a reunir a sus amigos y abrir el apetito mientras salvan al mundo en “Overcooked”.
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