Reseña de Streets of Rage 4 o cómo se debe traer de vuelta lo retro

Cuando en México era una aventura conseguir juegos de Sega (ni se digan las consolas), eran pocos los que conocían un gran juego de un género que tuvo su boom en las arcadias y que gracias a Club Nintendo (va por ti, Gus) conocíamos como “juegos estilo Final Fight” y después llamados Beat’em Up, hablamos de Streets of Rage.

Muchos supimos de esta saga por las revistas importadas de EEUU o España, otros por su primo el rico que le trajeron su Sega del gabacho y muchos más tardaron mas de 15 años cuando estos juegos salieron en las consolas virtuales de sus consolas de última generación.

Tardaron 3 juegos para que Axel, Blaze y demás aliados lograran destruir el sindicato del crimen de Mister X, pero el mal no muere del todo y 26 años despues sale Streets of Rage 4, ahora desarrollado por DotEmu.

Situado 10 años después de SOR 3, un muy “repuestito” Axel y Blaze tienen que regresar a la acción tras el surgimiento de un nuevo sindicato del crimen, controlado por los gemelos Y, hijos de Mister X (digo, mucha imaginación no tenía don X, tenía una red del mal que controlar).

Junto con nuevos personajes como Cherry, hija de Adam del primer juego y Floyd, alumno del Doctor Zan del 3, tienen que abrirse paso por la ciudad de la forma que mejor saben: rompiendo madres.

Este intento de resucitar juegos del género no es algo nuevo. Tenemos juegos como el de Scott Pilgrim y Double Dragon, sin embargo les faltaban 5 para el peso. ¿SOR 4 lo logró? a grandes razgos: SI.

En lugar del uso de los sprites que ya conocemos, la animación tiene un estilo dibujado a mano que le da un impacto visual impresionante, fluidez, enormes detalles y la sensación de que estás controlando una caricatura.

La mecánica no ha cambiado con los años: avanza, golpea, usa armas, come para recuperar energía, derrota al jefe y ve al siguiente nivel, y aunque suene monótono, no tiene que serlo. Incorpora un sistema de daño y combos con los cuales puedes buscar nuevas formas de crear combinaciones más grandes además de la posibilidad de seguir golpeando al rival mientras está en el aire y rebotarlo contra la pared y no dejar que toque el suelo (juggling). Además de lo anterior hay 2 tipos de ateques, el clásico especial que te quita algo de vida y uno masivo que haces juntando una cantidad de estrellas (bastante espectaculares por cierto).

Otra cosa que agrada es que los personajes no son un simple cambio de paleta, sientes una gran diferencia manejando a un personaje fuerte pero lento como Axel y a uno rápido como Cherry, lo cual teda opciones para escoger a quién más se acomode a tus estilos.

Sobre los enemigos, veremos muchos viejos conocidos de la saga pero con su retoque y algunos nuevos. Aunque un punto malo sería la excesiva repetición, pero es parte de la esencia de estos juegos donde veías al mismo enemigo con distinto color.

Sin embargo hay un tema que merece mención aparte: La música. Desde los menús hasta la acción en las calles no deja de acompañar y cada pieza es excelente, con toques retro que te recuerdan  a las otras entregas (y a los videojuegos de la época en general) y toques modernos que te recuerdan que es más que un remake.

Además de los primeros 4 personajes hay skins de los mismos, versiones de los juegos anteriores y algunos otros personajes “secretos” que irás sacando  conforme vayas logrando cosas. Ah, si tambien hay jefes de juegos anteriores ocultos.

En conclusión, Streets of Rage 4 es un genial recordatorio de por qué amabamos tanto este tipo de juegos. Si quieres recordar otros tiempos pero con lo último de la tecnología ésta es tu opción.

La versión reseñada es de PS4

CALIFICACIÓN: 9/10

 

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