Hay películas que tienen un toque especial, un trato diferente y que marcan un hito en el cine. Lamentablemente, hay cuestiones externas (estudios) que ven la proeza de una primera película, como una señal de éxito descomunal para futuro, por lo que a veces neciamente se siguen los impulsos de sobreexplotar el éxito comercial y dar luz verde a más productos, aún si el resultado no es el esperado, y Joker: Folie à Deux, podría ser este un ejemplo de como la codicia de un estudio hace que el resultado sea un producto de menor nivel.

En Joker: Folie à Deux seguiremos la historia de Arthur Fleck (Joaquin Phoenix) momentos después de la primera. Encerrado en Arkham, está esperando su juicio para saber si el fue el culpable de todos los asesinatos perpetuados, o fue su otra conciencia (Joker) la que tomo poder de su cuerpo e hizo cometer dichos crímenes.

Pero mientras van pasando los días, su vida empieza a escucharse y verse de una manera distinta, ya que el no tenía presente que todo alrededor suyo suena como a una canción y que en su vida siempre hubo música, esto gracias después de conocer a Lee (Lady Gaga) y que despertará en él esta nueva forma de ver la vida y empezarse a ver realmente como una victima, no como un victimario.

Sé que la descripción de la película suena a algo muy distinto a lo que fue la primera entrega, y es que así lo fue. Arrancamos con que primeramente, la película es un musical, algo que dista a lo que fue Joker en 2019, que fue totalmente un drama. Aquí queda ambiguo si se quiere continuar con este genero, o pasearse como drama legal mientras en partes es un musical.

Se tiene la teoría que Joker: Folie à Deux se hizo como musical por la polémica de la primera entrega. Al parecer, al estudio y al mismo Todd Phillips, les preocupaba que se sintiera como una apología del crimen, y se victimizara al delincuente, clasificando sus cometidos como algo mental y que se pueda explicar con psicología. Se nota que se quisieron distanciar de esta explicación un tanto realista y arrancar la imagen de este “héroe” valiente que se reveló ante sus victimarios (hablando enteramente del punto donde asesina a Murray Franklin) para alzarse como un estandarte ante la sociedad, muy parecido a V, de V de Venganza, a algo más “fantasioso” y despegado de la realidad.

Y aunque el resultado fue distinto, lo distinto no significa que sea bueno. Se aplaude que se intentara algo completamente diferente y que se hiciera el intento de despegar esta figura cuasimesiánica del Joker, pero hay números musicales que se sienten de más, y llegando a la mitad de la película, se siente hasta cansado este recurso, tanto que veía yo personalmente en la sala a mucha gente haciendo la cabeza hacía atrás cada vez que Joker o Lee empezaban a cantar.

Hablando justamente de Lee, personaje interpretado por Lady Gaga, fue de lo mejor de la película. Pero, si se quita del film, no pasa absolutamente nada. Se siente que su personaje solo está para ser un detonante de esta dualidad en Arthur y ser la voz principal en los temas musicales. Con un mejor guion, hubiera brillado mucho más su personaje. En tanto de Phoenix, aquí su interpretación no se siente a la altura de la primera. Su actuación se siente muy tibia y se nota que hizo hasta con hueva está nueva película. Curioso que este actor no realiza secuelas, pero en etapas iniciales de la producción de Joker 2, dijo que el guion lo hizo regresar y romper esta propia regla, pero se siente más a que le llegaron al precio y por eso regresó.

Unos detalles a destacar muy fuerte es la musicalización, la fotografía y le escena inicial, que es como un corto animado, que no hablaré más de esto para que sea una sorpresa para todos aquellos valientes que decidan ir a ver Joker 2. El terreno de la música es un tópico muy fuerte en la película, por lo que musicalizar el film cuando no se están haciendo los números musicales era una tarea muy difícil de sobresalir y vaya manera de lograrlo. Nos transportan directamente a una época de la sociedad de los 70’s/80’s, haciendo de este aspecto algo muy destacado, aún sobre la primera entrega.
En cuanto a la fotografía, se siente una imagen muy limpia y muy pulcra, no me atrevería a decir en este ámbito técnico que haya sido superior esta a su predecesora, pero que ojo tiene Lawrence Sher para sumergirnos en este mundo.

Sin duda, Joker debió de quedarse como película individual. Dicen que es más difícil hacer un musical que una película normal, pero aquí el film se siente aburrido y llega a ser muy pesado de digerir. No sé si esto fue un movimiento inteligente de Todd y compañía y que no hemos estado haciendo ni el intento de comprender, o de plano es un producto muy pobre y que carece de esa chispa que la primera película tenía, y que posiblemente se haya apagado. Ten en cuenta que dura mas de dos horas y media, así que prepárate mentalmente para lo que estás por ver.

No sé si ganó o perdió el cine.

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By Rafael Di Navarro

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