“Cuando un hombre ve su fin, quiere saber que había algún propósito en su vida”. Creo que esta frase engloba perfectamente lo que ha sido Ridley Scott en sus últimos años en el cine, donde a venido de más a menos en sus producciones y que ya no se sabe si será garantía con él. Gladiador 2 se sentía que sería un parteaguas de su cine, algo que no pudo provocar con Napoleón y que le valió varias criticas.
En Gladiador 2 seguiremos la historia de Lucius (Paul Mescal), un guerrero que vive en Numidia, al momento que el ejercito del imperio romano llega a conquistar esta tierra. Después de no poder defender su tierra ante el ejercito de Marcus Acacius (Pedro Pascal), Lucius es llevado como prisionero de guerra a Roma, donde será comprado por Macrinus (Denzel Washington) para convertirlo en su nuevo gladiador.
Lucius pronto se dará cuenta que Roma está liderada bajo un puño de hierro gracias los gemelos Caracalla (Fred Hechinger) y Geta (Joseph Quinn) y que los males que hay actualmente es porque el sueño de Maximus se ha perdido con el tiempo, por lo que debe de dejar su rabia de lado y encontrar la fuerza interna para entrar a ese coliseo y conquistarlo.
La película se sitúa cronológicamente 16 años después de la muerte de Maximus Decimus Meridius, y en la película se nos contará la verdad detrás de Lucius y su relación con este gladiador, y a pesar de ser uno de los hilos conductores de la película, no recae todo el peso de esto en eso, si no que nos encontraremos con varias más subtramas.
Ridley Scott ya había mostrado signos de desgaste desde hace unos años, justamente en la secuela de Prometheus, Alien: Covenant, algo que le ha estado pasando factura con sus películas lanzadas desde hace 8 años a la actualidad.
El desgaste se hace más evidente con el último lanzamiento de Scott, Gladiador 2. El hecho de impulsar esta película con el recuerdo de su película ganadora de varios Oscar en el año 2001 nos da a entender que está apelando a la nostalgia más que a la historia en si.
Dentro de los puntos positivos de la película, es la excelente realización de las secuencias de peleas, ya que este es uno de los fuertes en la dirección de Ridley Scott, y se puede palpar que se esmeraron para darnos grandes escenas de peleas entre gladiadores y conquistadores.
Otro punto fuerte es la enigmática presencia de Denzel Washington en toda la película. Es increíble lo que este hombre puede provocar en un film, desde empatizar con el así como el llegarlo a odiarlo. No es por nada que sea considerado uno de los mejores actores que hayan existido jamás. Que no se malentienda que la presencia de Pedro Pascal y Paul Mescal haya sido mala, al contrario, también sus participaciones son muy buenas, pero cuando estos personajes están a lado de Denzel, este último se come la cámara.
Pero, el intentar colocar a varios personajes malos dentro de la película, a pesar de que ayuda en agregar capaz a la historia, diluye a sobremanera el hecho del “peligro“. Al inicio de la película, se nos vende que el villano en el momento es Acacius, para posteriormente darnos entre a otros 2 villanos como lo son los emperadores gemelos, para rematar con otro villano como es Macrinus, y el desenlace de todos se llega a sentir apresurada.
Además de los obvios errores históricos de la película (periodicos que existen muchisimo antes de crearse la imprenta, tiburones en el coliseo romano, y un basto etcétera), Ridley también falla en agregar esa “epicidad” con la que contó la primera entrega de Gladiador. Es imposible no poder hacer un punto de comparación entre ambos films, pero el simple hecho de utilizar la leyenda de Maximus en ambas películas no da opción en no esperar si a caso lo mismo en esta segunda entrega.
Flaquea mucho el guion, al grado que los diálogos se sientan genéricos y eso provoca que muchos personajes se sientan muy planos, muy superficiales. Una revisión al mismo antes de poder las manos a la obra hubiera hecho una diferencia significativa al momento de la realización del film.
Sin duda, una secuela que deja muy mal parada la leyenda que ya había construido Scott del ya distante año 2000 junto a Russell Crowe, y queriendo apelar a la nostalgia, solo nos da un resultado a medio gas. Por el bien de la humanidad, ya duerman un rato a Ridley Scott.
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By Rafael Di Navarro
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