Según el famoso filosofo griego Aristóteles, el propósito del ser humano es alcanzar la eudaimonia, o felicidad plena, a través del cultivo de virtudes y del ejercicio de la razón. Dicho esto, en Ángeles Inesperados, encontraremos una historia donde la razón y lo empático que podemos ser en ocasiones muy puntuales, nos revelarán nuestro propósito en la vida.

Basada en hechos reales, la película cuenta la historia de Ed (Alan Ritchson), un hombre que nos lo presentan como alguien pleno. Acaba de nacer su segunda hija y parecía que su vida iba en buen camino, pero el destino le tenía preparada una sorpresa para mal. Después de 2 años de cuando se hicieron padres de nuevo, su esposa muere de una enfermedad muy rara y que, lamentablemente, la pequeña heredó de su madre, por lo que en un abrir y cerrar de ojos, la vida de Ed se vuelve abrumadora con deudas y con una hija que necesita un trasplante de hígado con urgencia para continuar con vida.

Y como un ángel inesperado, llega a la vida de Ed una señora llamada Sharon Stevens (Hilary Swank), que lee la historia de la pequeña Michelle en un periódico local, lo que provoca en ella una reacción de conmoción y reacción ante la muerte de la esposa de Ed. Entusiasmada en querer en apoyar a la niña y tratar de excomulgar sus pecados del pasado, hará todo lo que tenga en su poder en conseguirle a la niña su trasplante, y de paso, ayudar a Ed en sus deudas y que pueda enfocarse plenamente en sus dos hijas y evitar su colapso económico y emocional; recordemos que acababa de ser viudo, con una hija al borde de la muerte y una deuda gigantesca que solo crecía día con día.

 

Historias como esta es la que valen contar y mostrar en una pantalla de cine. La película al ser basada en una historia real, podremos observar como fue el proceso de todo, literal: desde el duelo por la muerte de la esposa de Ed, lo complicado que éste también pudiera ser con la gente, así como la desesperación y la compasión que Sharon muestra por la niña y como eso lo imprimió no solo en la gente de su alrededor, si no en todo un pueblo. Este hecho se realizó en el año 1994, por lo que los celulares, el internet, y sobre todo, las redes sociales, no estaban tan masificadas ni al alcance de todos, lo que le agrega aún más “punch” a este logro.

Seamos honestos: esta es una historia con un mensaje, que contrasta mucho con otras películas que son más de acción o de terror que puedes encontrar en cines actualmente, por lo que si no es tu corte de film, mejor pásala de largo. Pero si eres de esos que consume de todo, y que además, disfruta de este tipo de películas que son de ayudar al prójimo y la fe, la vas a disfrutar mucho. Ojo, a pesar de que el mensaje religioso se sienta implícito en la película, no es una película religiosa y el tema se muestra solo muy por encima, así que la fe que se apela es mas bien en la gente y sus buenas acciones, a que un factor externo sea el logra todo esto.

Dicho esto, podremos disfrutar de una película con mucho corazón y hasta bonita, si así la quieren catalogar. Como toda película basada en hechos reales, podremos encontrar situaciones que a lo mejor se sientan muy “exageradas” o que de plano realmente creas que pasaron así como nos lo muestran pero, repito, esto se realizó en 1994 en el pueblo de Louisville, Kentucky, así que la propagación de la noticia y las acciones de todos los involucrados fue de boca en boca, en periódicos y noticieros locales, así que no descartemos nada.

La película la podremos encontrar desde hoy 30 de mayo ya en cartelera.

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By Rafael Di Navarro

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